Aunque la expectación por Deadpool y Lobezno es enorme gracias al éxito de las dos películas previas de la franquicia, el actor Ryan Reynolds tuvo que luchar mucho por conseguir hacer la primera, y eso incluye poner dinero de su propio bolsillo.
Hablando para el New York Times, Reynolds recordó que incluso usó su propio salario para tener a los guionistas de la primera Deadpool en el set de rodaje.
Cuando Deadpool finalmente recibió luz verde, ninguna parte de mí pensaba que esto sería un éxito. Incluso dejé de cobrar por hacer la película y poder ponerla en pantalla. No permitían que mis coguionistas Rhett Reese y Paul Wernick estuvieran en el set, así que cogí el poco salario que me quedaba y les pagué por estar en el set conmigo para que pudiéramos formar una sala de guionistas de facto.
Afortunadamente, la primera Deadpool recaudó 781,9 millones de dólares a nivel mundial, con la secuela siendo igualmente un éxito al recaudar 786,3 millones de dólares en todo el mundo.
Fue una lección en varios sentidos. Creo que uno de los grandes enemigos de la creatividad es el exceso de tiempo y dinero, y esa película no tenía ni tiempo ni dinero. Realmente fomentó centrarse en el personaje más que en el espectáculo, lo cual es un poco más difícil de ejecutar en una película basada en cómics. Estaba tan interesado en cada microdetalle que no me había sentido así en mucho, mucho tiempo. Recordé haber querido sentir eso más, no solo en Deadpool, sino en cualquier cosa.