A día de hoy, Rogue One: Una Historia de Star Wars es considerada una de las mejores películas de Star Wars jamás hechas, pero antes de llegar a ese punto pasó por muchos problemas durante su producción.
Originalmente, la película fue dirigida por Gareth Edwards, pero era tal el descontento de Disney con su versión, que la compañía contrató a los hermanos Tony y John Gilroy para arreglarlo como pudiesen. Cuando ambos llegaron, la película ya estaba terminada, por lo que tuvieron que programar una extensa vuelta al rodaje para después hacer un montaje completamente diferente.
Ahora, en medio de la emisión de la primera temporada de la serie de televisión Andor, precuela de la película, John Gilroy ha dado más detalles sobre los famosos problemas por los que pasó el proyecto. Cuando le preguntaron si la vuelta al rodaje fue para cambiar cosas o para hacer ajustes, John confesó que la idea era llevar a cabo cambios importantes.
No sé cuánto se supone que debo decir al respecto, pero fue realmente cambiar las cosas y usar todos los trucos en tu bolsa como editor para hacer que las cosas funcionasen como fuese necesario para que funcionasen, ¿verdad? Hacer que funcionen.
Gilroy continuó explicando el alcance de esos cambios, revelando que crearon una historia nueva que era bastante diferente a la historia original.
En realidad fue, quiero decir, el plan básico era muy simple. Tenían la película que tenían y llamaron a Tony. Y Tony se juntó durante un tiempo con otro editor, que ya estaba ahí, Colin Goudie, y usó muchas de las cosas que había descubierto cuando trabajábamos juntos, y básicamente hizo una historia nueva. Era una historia bastante diferente. Y luego convencí a Disney para que invirtiera en esa historia, lo cual fue una inversión considerable en tiempo y dinero. Y luego me di cuenta de lo que era eso. Así que fue un plan nuevo. No solo era entrar y experimentar. No, teníamos un plan nuevo.
En cuanto a cómo abordó esa nueva historia cuando ya había una, John Gilroy afirmó que tampoco prestó mucha atención a lo que había previamente.
Así que entramos e hicimos lo que hicimos y teníamos un plan. No presté mucha atención a la otra película excepto por lo que hacíamos a veces, que era coger una escena y reasignar por completo cosas de esa escena. Quiero decir, trabajo con un micrófono justo al lado de mi AVID. Y si me meto en un lío con algo, hablo de una frase, una frase abreviada, o lo que sea que tenga que hacer. Y luego, más tarde, se codifica y luego hacemos que el actor lo haga. Por tanto, hay muchas reescrituras que pueden continuar en una sala de edición si es necesario. No es algo que quieras hacer para empezar, sobre todo si todos han escrito guiones realmente geniales y los han ejecutado a la perfección, no habría necesidad de eso. Pero las cosas suceden y ese es otro nivel para cambiar la trayectoria de una historia o una película. Y eso es algo que la gente hace.
Si bien las vueltas al rodaje en superproducciones son bastante habituales, el editor señaló, refiriéndose a Andor, que no se puede hacer eso en la televisión, y eso puede ser algo bueno.
Cuando comienzas a experimentar, que es lo que hacen muchas películas importantes, ya sabes, muchas películas importantes entran, tienen un tercer acto débil, lo ruedan y luego ven lo que tienen. Y luego regresan y vuelven al rodaje de forma masiva, y sí, esa es una forma muy costosa de trabajar. Quiero decir, no puedes hacer eso en televisión. Creo que la austeridad engendra un cierto tipo de genio, porque en cierto modo te hace, te enfoca en lo que tienes que hacer.