Hasta hace unas semanas, Star Wars: Rogue Squadron iba a ser la próxima película de Star Wars en llegar a los cines. La idea era que empezase su pre-producción este mismo año para ya dar paso al rodaje a principios del año que viene. Sin embargo, la película ha sido retrasada de forma indefinida, y aunque se mantiene la fecha de estreno para el 22 de diciembre de 2023, mucho tendrían que cambiar las cosas para que no hay acambios.
Por el momento no ha habido anuncios oficiales por parte de Lucasfilm o la directora de la película, Patty Jenkins, pero nuevas informaciones apuntan a que la razón para el retraso podrían ser diferencias creativas entre el estudio y Jenkins. Eso sí, se desconoce si serán diferencias salvables o si finalmente cada uno se irá por su lado.
Aparentemente, Jenkins se ha visto frustrada por el control de varios directivos de Lucasfilm, lo que habría llevado a la directora a perseguir otras oportunidades mientras Lucasfilm trabajaba en arreglar sus problemas inernos.
Esto no es lo habitual, por supuesto, pero es un problema bastante recurrente en Lucasfilm bajo el mandato de la presidenta Kathleen Kennedy. Los mejores directores se mueren por hacer una película de Star Wars, hasta que firman y sufren la experiencia del control y el proceso de aprobado del comité.
Ocurrió con los chicos de Juego de Tronos, David Benioff y Dan Weiss, que fueron contratados para crear una nueva trilogía pero se fueron. También pasó con Rian Johnson, guionista y director de Los Últimos Jedi, cuya planeada trilogía está parada. Jenkins no no quería perder el tiempo, y tiene otros proyectos, el más destacado Wonder Woman 3 en Warner Bros., donde disfruta de más libertad creativa.