Cuando hablamos de cine de acción, no es raro que alguna de las estrellas que participan en las películas se lesionen rodando sus escenas. En Marvel, tenemos un ejemplo en Robert Downey Jr., que se rompió el tobillo mientras rodaba Iron Man 3.
Curiosamente, a diferencia de otras películas, la imagen de su lesión acabó en la versión final de la película, y lejos de ser un inconveniente para la producción, el percance acabó siendo algo beneficioso.
Según cuentan en el libro The Story of Marvel Studios: The Making of the Marvel Cinematic Universe, el tiempo de inactividad que causó el accidente de Robert Downey Jr. terminó siendo una bendición. Aparentemente, la lesión de Downey Jr. le iba a dejar de lado durante seis semanas, lo que significa que no habría Tony Stark en el set durante 42 días. Tal y como comenta el productor ejecutivo Stephen Broussard, esto sirvió para darle espacio y forma al tercer acto.
El rodaje continuó sin Downey Jr., que solo regresaba al set para tomas estáticas de Tony Stark. Según el libro, el estudio de efectos digitales Digital Domain estaba trabajando en el gran final del tercer acto, incluyendo la secuencia de las armaduras, pero se declaró en bancarrota en mitad de la producción, lo que provocó que Weta Digital tuviera que intervenir. Además, también agregaron al compositor Brian Tyler durante ese tiempo, lo que le permitió tener más especio para terminar la banda sonora de la película.