[Crítica] Venom: Habrá Matanza (sin spoilers)

Póster de Venom: Habrá Matanza

En el mundo del cine sabemos de sobra que calidad y éxito no son dos palabras que deban ir de la mano, y la franquicia de Veneno es un buen ejemplo de ello. La primera película generó sentimientos encontrados entre muchos fans, y la crítica fue bastante dura con ella. Sin embargo, consiguió ser un éxito en taquilla recaudando más de 850 millones de dólares en todo el mundo. Ahora, tenemos que Venom: Habrá Matanza va por el mismo camino, con gran parte de la crítica en contra pero habiendo alcanzado récords en su primer fin de semana en los cines de Estados Unidos. Y una vez más, para el que escribe, nos enfrentamos a una película mediocre que se acerca mucho al público general, pero se aleja aún más de los fans de los cómics.

Repitiendo la fórmula

Hay una especie de dicho en España que dice que, si algo funciona, mejor no tocarlo. Pues bien, eso es lo que debieron pensar en el seno de Sony Pictures para Venom: Habrá Matanza. «Que sí, que la crítica nos ha puesto a parir, que los fans de Marvel Comics están mosqueados, pero tú haz más de lo mismo que esto nos ha dado 850 millones», debió decir algún directivo. Dicho y hecho.

Venom: Habrá Matanza se convierte una vez más en una película de humor del montón que resulta que incorpora a personajes del Universo Marvel, pero que bien podrían haber sido inventados. Aunque claro, no habría tenido el mismo éxito. El nombre hace mucho. En cualquier caso, la secuela no solo continúa los eventos de su predecesora, sino que parece que nunca hemos salido de ella. Eddie Brock y Veneno llevan ya un tiempo largo juntos, y el 99% de la trama gira en torno a la relación que mantienen ambos a caballo entre La Extraña Pareja y los protagonistas de una buddy cops de domingo por la tarde. ¿Recordáis el extraño primer tráiler con la escena en la que Veneno prepara el desayuno? Pues así TODO el rato.

Esto, como todo, tiene su lado bueno y su lado malo. ¿De verdad hace falta una comedia facilona protagonizada por un personaje tan oscuro como Veneno? Bueno, pues parece que mucha gente opina que sí, y eso se traduce en gente yendo al cine y, por ende, en dinero que va a las arcas del estudio. Si haces una secuela que repite fórmula, lo más lógico es que, salvo catástrofe, repitas éxito. Con lo cual, bueno para los que disfrutaron de la primera película, bueno para los que buscan conseguir beneficios.

La parte mala ya la habréis deducido. Personajes planos en su mayoría, humor facilón, historia floja y un mero espejismo de lo que algún día pudimos leer en los cómics. Si os pareció la mala la primera película, agarraos porque vienen curvas.

Un oasis en el desierto

Sustentando el pobre espectáculo tenemos a sus dos actores protagonistas, Tom Hardy y Woody Harrelson. El primero cumple con un personaje de Eddie Brock al que tampoco se le puede pedir demasiado. Por un lado parece un tío abandonado y cansado de la vida, pero por otro parece que disfruta viviendo así. Apenas le vemos evolución durante el metraje, y sin embargo parece terminar en un punto completamente diferente a dónde empezó. Yo, de verdad, sigo sin encontrarle ese punto. Resulta curioso cómo este tipo de papeles son al final los que hacen que el actor se divierta más y, en muchos casos, son por los que serán recordados.

Lo de Harrelson ya es otro nivel. El actor nos regala una interpretación que, si bien no es de Oscar (ni mucho menos), aporta todo lo que una PEGI-13 nos permite en lo referente a un sanguinario asesino en serie que está en el corredor de la muerte. A veces no sabemos si da más miedo el loco desquiciado que no sabes por dónde te va a salir, o el calmado y seguro de sí mismo que tiene todo controlado. Aquí han optado por la segunda versión para Cletus Kasady, y desde luego resulta cuanto menos inquietante en cada una de sus escenas. Todo es gracias al saber estar de Harrelson, a su presencia y a ese tonito de voz que te hiela la sangre. Ahora coge eso y añádele que harías cualquier cosa por tu amada, que buscas venganza y que se te ha colado dentro un simbionte que tiene más ganas de sangre que tú. Bomba de relojería.

El resto de personajes son meramente secundarios, pese a que cada uno de ellos acaba siendo clave para cierto momento de la trama. Esto puede sonar contradictorio, pero es así. El personaje de Naomi Harris, Grito (Shriek) es lo que motiva a Kasady, pero al final Matanza manda. Lo mismo ocurre con Michelle Williams, que si bien Anne llega a ser motivo de disputa entre Eddie y Veneno, podría haber sido fácilmente sustituible. Y en cuanto al Detective Mulligan (Stephen Graham), entre tenerle y no tenerle apenas se habría notado la diferencia. Todo ello, claro está, salvando las distancias y dejando bien claro que, al menos, cada uno tiene su lugar bien encajado en la trama. Menos mal.

Gran batalla final para todos los públicos

Como cabría esperar, solo faltaría, el último tramo de la película se resuelva a golpes entre los simbiontes. No hace falta mentir, es lo que uno quiere de esta película. Veneno vs. Matanza. No es la pelea más espectacular que hemos visto nunca en el cine, pero el diseño de Matanza es espectacular y verle en acción es un deleite. Algo bueno tenía que haber en todo esto, y quiero más.

Ahora bien, la pelea de marras sufre de lo que sufren todas las escenas de acción de la película: PEGI-13. Es la eterna dicotomía, ¿queremos fidelidad o queremos pasta? Sony opta por la pasta, así que convierte a personajes oscuros, sanguinarios, violentos y desatados en meras marionetas al servicio del gran público palomitero. Veneno es ahora humorista, llegando a tener escenas realmente ridículas durante la película. Matanza, por su parte, se mantiene en su perfil, al igual que Kasady, pero con censura. Y lo siento, no me sirve lo de «hemos ido al límite», porque el límite debía ser otro.

Pese a todo, las quejas de unos pocos caerán en saco roto, porque Sony Pictures ha encontrado el filón. La franquicia ha encontrado su público, mucho público, y ha sabido trasladar el cómic a la gran pantalla de una forma que, sin ser del todo fiel, ha calado entre las masas. Y al final es ahí donde está el dinero. Si quieres al Veneno de los cómics, pues nada chico, léete un cómic, porque el del cine es otro, y les funciona mejor.

En esta ocasión, además, los rumores han funcionado para darle más bombo a la película, y el cercano estreno de Spider-Man: No Way Home también ha ayudado. Y eso sin contar con la ya afamada escena post-créditos incluida en Venom: Habrá Matanza, que nadie se puede perder y que abre un sin fin de posibilidades de cara al futuro.