Ponemos fin a la etapa mutante de Fox después de 20 años de historia. Y si bien en su día muchos celebramos el traspaso de los derechos cinematográficos de los X-Men al seno de Marvel, hay que reconocer que ahora pica un poco no poder seguir viendo más de los jóvenes personajes que nos presenta Los Nuevos Mutantes.
La escala de la película es pequeña
Josh Boone sabe comedirse y es consciente de que no está ante una cinta de alto presupuesto, como fueron sus hermanas mayores de la saga principal. Pero es precisamente ese conocimiento propio de estar ante algo menor lo que da más juego para contar una historia más introspectiva.
Los jóvenes mutantes son los protagonistas absolutos de la cinta, habiendo presentes en la película pocos personajes más. Eso nos permite descubrir mucho sobre ellos y ver esas personalidades que tanto nos gustaron de los cómics. Hay que darle a Boone las gracias por preservar, en su mayor parte, las esencias de los personajes, si bien es cierto que nos quedamos con ganas de más protagonismo para algunos mutantes como Sam Gutrie (Bala de Cañón / Cannoball) o Roberto da Costa (Mancha Solar / Sunspot). Aún así, hay que reconocer que se ve llegar a la pantalla gran parte de la esencia original. Vale, la trama amorosa de la película es algo que no hemos visto en los cómics, pero está tan bien llevada y construida que lo pasaremos por alto por ser un acierto.
Y esta buena adaptación se ve tanto a nivel de personalidad como de súper poderes. Quizás Bala de Cañón sea quien presenta la mayor variación de su poder, claramente infrautilizado, pero los demás son bastante fidedignos al material fuente.
No es una película de superhéroes al uso
Los componentes del género de terror dan un toque original además de ser un pilar básico de la historia. Estos elementos no son por casualidad ni un antojo del director y co-guionista Josh Boone, sino que son parte central de la trama. Tratándose, además, de un grupo de jóvenes adolescentes, el factor terror añade un plus. De hecho, precisamente donde más falla la película es en el apartado de superhéroes. El final nos brinda algunas escenas sobresalientes, y todo lo que involucra a Magik en acción es puro placer para sus fans. Aún así, la película se habría beneficiado de un final más épico. Y es que, sin ser tampoco decepcionante, sí que es verdad que se queda algo flojo en comparación con el resto de la película.
Pese a esto que comentamos, se trata de una película que va in crescendo desde el primer momento. Junto a Dani Moonstar, alias Espejismo (Mirage), llegamos al hospital donde se alojan los nuevos mutantes para, poco a poco, ir conociendo a los personajes a la vez que ella. Junto a todos ellos, además, iremos descubriendo un misterio que, seamos sinceros, no lo es tanto para los que conozcan la historia de estos personajes. Aún así, es entretenido ver cómo estos adolescentes, con sus problemas habituales de la edad sumados a su condición de mutantes, intentan avanzar y superar sus miedos. Porque, sí, hemos visto muchas películas donde los protagonistas se enfrentan a sus miedos, pero nunca de una forma tan literal.
El resultado final es una historia, como ya hemos dicho, comedida. Conoce perfectamente las cartas con las que puede jugar y las usa sabiamente. Incluso, esperanzadamente, siembra semillas que nos tememos que nunca podrá recoger en el futuro. Da hasta rabia pensar que esta saga haya muerto antes de nacer. Porque, sin estar ante la mejor película de mutantes ni nada parecido, hay que decir que este grupo promete. Ya damos por hecho que todos los mutantes, incluyendo a esta franquicia, serán reiniciados en el Universo Cinematográfico de Marvel. Pero, si podemos pedirle un favor al bueno de Kevin Feige, solo le suplicamos que mantenga a Anya Taylor-Joy como Illyana Rasputin.