Aunque X-Men es vista por muchos como una de las películas que ayudó a definir el género de las películas de superhéroes modernas, parece que también tuvo sus cosas negativas. Aparentemente, el comportamiento de su director Bryan Singer dejó bastante que desear desde el proceso de casting hasta el propio rodaje.
Para muchos de los que trabajaron en la película, X-Men no solo fue la historia de origen para sus protagonistas, sino también para la problemática conducta de Singer en el set, que dada la falta de consecuencias, le puso en un camino que fue cada vez a peor.
En palabras de la productora Lauren Shuler Donner:
Es un negocio extraño, el negocio del cine. Honramos la creatividad y el talento y perdonamos a los brillantes. De forma inconsciente, probablemente hacemos la vista gorda ante cualquier cosa que hagan mientras cojan el producto y lo saquen al mundo.
De hecho, otro directivo involucrado en la película apuntó:
Su comportamiento era pobre en la película. Nos acostumbramos a él en la primera película, y después pudimos acostumbramos a él en la segunda película. Y así en el resto. Y creamos un monstruo.
Varias fuentes afirman que las reuniones iniciales para hablar de la historia fueron poco profesionales, incluso para los estándares de un autor excéntrico.
Bryan traía a las reuniones gente que no estaba involucrada en la película. Gente joven. Una persona diferente cada vez.
Pero ese comportamiento, afectó también al rodaje. De hecho, su actitud provocó un accidente con Hugh Jackman que pudo acabar en tragedia. Durante una escena hacia el final de la película que tiene lugar en el X-Jet con la mayoría del reparto principal, Singer se mostró desafiante y siguió rodando, lo que llevó a una accidente de Hugh Jackman. Como se suponía que esa escena no se iba a rodar ese día, no estaba presente el coordinador de acción para supervisarla, y el productor Ralph Winter acabó deteniendo la producción.
Según comentan, la conducta de Singer se volvió más errática y destructiva, resultando en una plea entre él y el productor Tom DeSanto. Según las fuentes, DeSanto intentó detener el rodaje al saber que Singer estaba indispuesto por haber consumido un narcótico sin especificar. Algunos miembros del equipo también tomaron la misma droga, llevando a DeSanto a estar preocupado por la seguridad de la gente que trabajaba en el proyecto.
Sin embargo, después de que Fox se posicionase del lado de Singer y mandase a DeSanto de vuelta a Los Ángeles, los miembros del reparto (menos Ian McKellen y Rebecca Romijn) se enfrentaron a Singer y amenazaron con abandonar. Fue ahí donde se Halle Berry le dijo a Singer la famosa frase de «Puedes besar mi culo negro«.
Vale la pena apuntar que DeSanto nunca dijo nada sobre seto, y un representante de Singer llegó a decir que nada de eso llegó a pasar nunca.
Esto es tan solo la punta del iceberg, puesto que el artículo que revela todo esto es extenso, y habla de detalles tan turbios como que Singer le mandó escribir el guión a alguien en secreto, que prometía audiciones y cameos a cambio de sexo, o que metía a actores por enchufe.