Ya llevamos tres episodios de la temporada final de Agents of S.H.I.E.L.D., lo que significa que cada vez estamos más cerca de dar el adiós definitivo. Como consecuencia, no dejamos de leer entrevistas de sus protagonistas (como Chloe Bennet, Henry Simmons o Clark Gregg) recordando sus primeros días y comentando sobre cómo fueron los últimos.
Ahora le toca turno a Natalia Cordova-Buckley, que comparte las diferencias entre su debut como Yo-Yo Rodríguez en la tercera temporada y el último capítulo de la serie.
Comenzando por cómo fue su primer día en Agents of S.H.I.E.L.D.:
No intimidante, pero definitivamente estresante en algunos momentos. Es como tu primer día de colegio, cuando no sabes qué esperar. Lo desconocido siempre te pone nervioso. Tengo el recuerdo de llegar mi primer día con algo de fiebre, pero no se lo conté a nadie porque pensaba que me despedirían. Apenas había trabajado en Estados Unidos, así que no sabía qué reglas había, y estaba preocupada por que me mandaran de vuelta a casa. Así que tuve ese momento de interpretación con fiebre, y recuerdo a nuestro equipo de cámara, en particular, que es parte del equipo de cámara que siempre está muy cerca de los actores, portándose de forma maravillosa conmigo, sonriendo y diciéndome, ‘Hey, asegúrate de que corres por aquí’ o ‘Corre más despacio para que pueda seguirte’. Fueron unos grandes maestros, y se convirtieron en amigos muy queridos. Muchos de ellos son familia. Son mis hermanos y hermanas. Estaré eternamente agradecida por que esta serie me haya dado a gente de la que he aprendido y que llevo increíblemente cerca de mi corazón.
Cuando le preguntaron por cómo fue su último día comparando con el primero, la actriz añadió:
En ciertos aspectos, me sentí completamente lo contrario. Creo que es lo que ocurre después de cinco años. Evolucionas y creces, y aprendes. Pero en otros aspectos, con otra gente, estuve más cerca de lo que había estado nunca y aprendí mucho sobre quién quería ser, si es que alguna vez llego a estar en una posición de liderazgo realmente poderosa. El último día estuvo lleno de emociones de todo tipo. Estás feliz por poder descansar porque has estado trabajando muy duro. Al mismo tiempo, quieres celebrar, pero sabes que significa el final, y eso te deprime mucho. Así que hubo lágrimas, júbilo y emoción. Fue un tornado de emociones caótico con el que lidiar. Lloramos, nos abrazamos y nos reímos, en los descansos de cada escena, y bebimos cerveza y contamos historias. Eso fue todo. Un tornado de emociones. Es realmente duro determinar cómo te sientes.