Aparentemente, pese a haberse estrenado en los cines el mismo año que películas muy criticadas tanto por la prensa especializada como por el público, X-Men: Fénix Oscura habría sido el mayor fracaso cinematográfico de 2019.
La película fue producida por 20th Century Fox poco antes de la adquisición del estudio por parte de Disney, por lo que la distribución corrió a cargo ya de la compañía del Ratón Mickey. El caso es que, según reportan la película dirigida por Simon Kinberg supuso pérdidas por valor de 133 millones de dólares.
Aparte de la pobre recaudación y de su mala promoción, en parte debido a la comentada fusión de ambas compañías, hay que poner sobre la mesa una clara falta de confianza en un proyecto que nació como algo épico dividido en dos partes, y que terminó siendo una producción hecha con prisas y con cambios de última hora para evitar comparaciones con Capitana Marvel, lo que se tradujo en varios retrasos en su estreno.
La producción, sin contar los gastos en marketing, tuvo un coste superior a 200 millones de dólares. La película recaudó 252,2 millones de dólares en todo el mundo, con pérdidas netas de 133 millones para el proyecto.