Aunque muchos fans están emocionados por la futura llegada de Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings como parte de la Fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel, hay un significativo número de ellos de origen chino que han plasmado en redes sociales su poco entusiasmo por la película.
Aparentemente, hay gente que ha criticado al superhéroe experto en artes marciales como un pastiche barato de la cultura asiática oriental que aprovecha el creciente interés de Estados Unidos en el cine de artes marciales de los años 70, liderado por una oleada de películas protagonizadas por Bruce Lee.
Introducido por Steve Englehart y Jim Starlin en Marvel Special Edition Nº 15 (1973), Shang-Chi fue planeado originalmente como una adaptación de la popular serie de televisión Kung Fu, protagonizada por David Carradine. Como le denegaron la licencia, Marvel Comics adquirió en su lugar los derechos del villano de la literatura popular Fu Manchu y decidió crear al nuevo superhéroe como su hijo, que se revelaba contra el malvado legado de su padre.
El éxito del debut de Shang-Chi llevó a que el personaje protagonizase su propia serie individual, y a la introducción de más superhéroes centrados en las artes marciales, como Puño de Hierro (Iron Fist) y Colleen Wing. Después de que expirase la licencia de Marvel Comics para usar a Fu Manchu, el legado del personaje como rival fue eliminado totalmente de las historias de Shang-Chi.
Fu Manchu, una caricatura ofensiva de las figuras del este de Asia, sirvió como chico del cartel para el «peligro amarillo», una histeria xenófoba dirigida a los asiáticos que llegaron a los Estados Unidos durante el siglo XIX y principios del XX. Fu Manchu era tradicionalmente representado como menos que humano, con largas uñas y vello facial, con una tez pálida o visiblemente amarillenta, mientras planeaba erradicar a los hombres caucásicos y robar a sus mujeres para sus propios propósitos nefarios. Desde entonces, el personaje ha sido criticado en gran medida por las comunidades asiático-americanas como un estereotipo totalmente ofensivo y eliminado de la cultura popular general.
Los fans que han puesto el grito en el cielo apuntan que los planes de enfrentar a Shang-Chi contra el Mandarín en la película, en lugar de hacerlo contra Fu Manchu, en realidad cambia un estereotipo ofensivo por otro. El Mandarín era descrito de forma similar como una caricatura de Asia oriental que representaba a la amenaza comunista China cuando apareció originalmente como villano de Iron Man. Esta queja viene acompañada de la decisión de contratar a un actor canadiense para ser Shang-Chi, Simu Liu, y a un actor de Hong Kong para interpretar al Mandarín, Tony Leung.
Aunque ciertamente Shang-Chi es un producto de su tiempo, creado durante la locura por las artes marciales de Estados Unidos para sacar ventaja de la licencia de Fu Manchu, el personaje ha sido actualizado para reflejar las sensibilidades modernas y la creciente preocupación por los estereotipos ofensivos. Descrito originalmente con un color de piel dorado debido a su ascendencia china, posteriormente los dibujantes empezaron a dar a Shang-Chi una complexión más natural. Las tendencias más estereotípicas fueron quedando de lado para respetar más a sus raíces chinas.
En cuanto a Fu Manchu, el guionista Ed Brubaker reconoció con el tiempo que el padre de Shang-Chi era en realidad Zheng Zhu, que usó el alias anterior para ocultar su identidad. Como forma adicional de terminar la asociación de Marvel con el personaje racista, Brubaker enfrentó a los Vengadores y el Caballero Luna (Moon Knight) contra Zheng Zhu y sus aliados en el Consejo de las Sombras para destruir al padre de Shang-Chi. Con esto, el superhéroe pudo finalmente dejar atrás todo el legado de su padre.
Dicho todo esto, hay que decir que la preocupación expresada por los fans de origen chino está bien fundada. Sin embargo, los tiempos han cambiado, los orígenes del personaje también, y es seguro que Marvel Studios tendrá todo esto en cuenta para llevar al cine la primera película protagonizada por un superhéroe asiático de la forma que su cultura se merece.