Aunque Ant-Man y la Avispa se estrenó tras Vengadores: Infinity War, sirve como secuela directa a Capitán América: Civil War, retomando la historia de Scott Land justo después de que viajase a Alemania para luchar junto al Capitán América como el Hombre Gigante (Giant-Man).
Según el director Peyton Reed, las acciones de Scott en la tercera entrega de la franquicia del Capi sirvieron como un punto de entrada muy orgánico para su película. Cuando vio una de las primeras proyecciones de Civil War y habló con los hermanos Russo y los guionistas Markus y McFeely, Reed se quedó impresionado con cómo habían planeado la participación de Scott en la película teniendo en cuenta la secuela de Ant-Man.
Fue como, ‘Guau, esto es increíble. Scott Lang fue allí, cogió el traje, luchó con los Vengadores, expuso la tecnología ante Tony Stark, acabó en prisión y le confiscaron el traje’. Eso nos dio una tierra muy fértil para empezar nuestra película.
Según Reed, continuar Civil War fue un proceso mucho más fácil y más natural que si no hubiesen tenido nada previo. Después de ser sacado de La Balsa por Steve Rogers, Scott decidió cooperar con el gobierno y permanecer bajo arresto domiciliario para poder pasar tiempo con su familia. Las acciones de Scott le pusieron naturalmente en problemas con Hope y Hank Pym, y dado que ellos no firmaron los Acuerdos de Sokovia, eran fugitivos ante la ley.
Y tenía sentido que Scott estuviese bajo arresto domiciliario, y Hank y Hope iban a estar enfadados con Scott Lang, y también con los que aplicaron los Acuerdos de Sokovia que van ahora tras ellos. Así que eso nos dio un punto de entrada realmente orgánico. No sé si habríamos llegado a eso tan rápida y claramente si Scott no hubiese estado en Civil War.