¡Hay vida más allá de los Skywalker! Con un universo tan extenso como es el de Star Wars, ya era hora de que una película abandonara la historia principal de los Episodios para ofrecernos lo que Han Solo: Una Historia de Star Wars nos ofrece: una historia de aventuras en el espacio reinventada y sin ataduras.
Si bien para ello se toma de punto partida un personaje más que conocido en la franquicia, esta película se desliga de la senda habitual para contarnos una historia en su propio mundo. Y es que, siendo una precuela tan lejana, incluso los personajes que ya conocemos de antes, véanse el propio Han Solo, Chewbacca o Lando Calrissian, enseñan una nueva cara de ellos mismos. Alden Ehrenreich no es Harrison Ford, ni pretende serlo. No le hace falta. Estamos ante otro Han Solo, uno más joven y, sobre todo, inocente. E interpretando esta nueva faceta del legendario piloto, hay que decir que da en el clavo. Repleto de carisma y encanto, pero con un puntito de picardía, este Solo seduce tanto, o digamos casi tanto para no ofender a los más puristas, como el Solo de Ford. Pero no todo el mérito actoral se lo lleva Ehrenreich. Hay que decir, que todo el reparto está a la altura. Y es que, por mucho que el título de la película recaiga sobre Solo, el plantel de secundarios es sobresaliente. Un conjunto de actores de lujo que va desde Emilia Clarke y Woddy Harrelson a Paul Bettany. Pero la palma se la lleva Donald Glover con su legendario Lando Calrissian. Al igual que sucede con el héroe titular, esta versión de Lando también es más joven e ingenua, pero verles madurar a la vez merece la pena.
El argumento también se desliga de las clásicas tramas relacionadas con el Imperio y la República, pero por supuesto no faltan los guiños y las referencias. Aún así, se opta por una historia más autocontenida y de menor escala en lo que al destino de la galaxia se refiere. Pero no en cuanto a la acción, que es tan épica como podemos esperar de una película de esta talla. Y, como viene siendo costumbre con cada nueva entrega, esto nos lleva a nuevas naves y armas cada vez más alucinantes. Ojo a la espectacular escena del tren. Y, como no podía ser de otra manera, cada escena de acción viene acompañada de una banda sonora de lujo en la que esta vez no repite John Williams, que da paso a John Powell para seguir la senda creada por el maestro Williams.
En general, se busca en todo momento un tono divertido, sin excesiva comedia ni excesivo drama. Y para ello se apoya en una historia de aventuras clásica, sin mucha ambición pero que funciona bien y sirve como perfecto campo de juego para que sus personajes se paseen. Con sus muchas referencias al resto del universo creado por George Lucas, además servirá para que los fans más acérrimos puedan disfrutar de una película que quizás respira menos Star Wars que el resto de entregas de la franquicia, pero que entretiene como siempre.