Punisher es un personaje notoriamente violento, y dada la enorme cantidad de violencia que vivimos hoy en el mundo, es comprensible que Marvel TV y Netflix hayan querido tratar cautelosamente la historia de Frank Castle.
Según comenta el showrunner Steve Lightfoot en una entrevista para Vulture, ambas compañías colaboran estrechamente entre sí y con los showrunners de las series para que todo salga bien, algo que obviamente también ocurrió con The Punisher.
No fue necesariamente un caso que necesitase consulta. Trabajamos colaborando de cerca con Marvel y Netflix en cada aspecto de la serie. La primera meta para mí era lo que habían hecho con la segunda temporada de Daredevil. Cogí eso como mi barómetro en términos del nivel para la acción. Cogimos eso como nuestra línea y creo que lo manejé relativamente fiel durante la serie.
Como dices, creo que la clave para mí fue que no puedes hacer Punisher no tener una serie violenta. Pero creo que siempre se muestra el precio de esa violencia. Hacerla lo suficientemente real para que hiriese y no fuese frívola. Creo que en segundo lugar también ver que no hubiese coste para Frank. No hizo esto y después simplemente se fue alegremente. Cada situación en la que le pusimos tenía un coste, tanto físico como emocional.
Un momento de violencia que es recurrente durante toda la serie es la muerte violenta de la mujer de Frank Castle, la cual podría ser un punto un tanto duro para algunos espectadores.
Quiero decir, la primera escena, donde queda claro que no es la forma en la que murió. Es un sueño. Cada encarnación es diferente. La idea es que empezamos con una imagen donde alguien más mató a su mujer y lo que tiene que quedar claro es que esos sueños progresan, y esto es un poco un spoiler, y en esencia Frank se culpa a sí mismo. La imagen definitiva es que se ve a sí mismo disparando a su mujer. Mucho de lo que conduce su rabia y su pena es, en lo más profundo, que sabe que fue por sus propias acciones. No fue ver morir a su mujer de forma gratuita, sino que fue construir y dejar que el público viera el hecho de que era un hombre que se culpaba a sí mismo más que a nadie por lo que ocurrió. Esa auto-aversión es lo que le conduce.