Thor: Ragnarok incluye un total de dos escenas post-créditos finales, y a continuación os dejamos una descripción de cada una de ellas y lo que suponen para la franquicia del Dios del Trueno en particular y el Universo Cinematográfico de Marvel en general.
Aviso de spoilers.
La primera de las escenas establece los eventos de Avengers: Infinity War, algo que ya era de esperar. La escena comienza con Thor y Loki intentando decidir hacia qué parte del cosmos llevar a los ciudadanos de Asgard que se refugiaron en la nave del Gran Maestro (Grandmaster). Mientras los hermanos hablan sobre si es o no una buena idea que el Dios del Engaño regrese a la Tierra y si ese será su destino final, aparece una nave gigante frente a ellos y la pantalla se va a negro.
Obviamente, esta es una de las naves de Thanos, quizás aquella en la que viaja el propio Titán Loco. Lo que falta por ver es cómo se encontrarán Thor y su compañía de viaje con los Guardianes de la Galaxia, un encuentro que sabemos que tendrá lugar gracias al tráiler de Avengers: Infinity War mostrado durante la pasada Comic Con de San Diego.
En cuanto a la segunda escena post-créditos finales, nos encontramos ante una escena de humor que nos lleva de vuelta a Sakaar después de que la gente se revelase ante el Gran Maestro. Este se ha refugiado en uno de los muchos vertederos del planeta, dentro de una nave abandonada con dos bellas mujeres (ninguna de las cuales parece muy contenta de estar ahí), pero rápidamente se ve enfrentado a su gente y las cosas no pintan demasiado bien para su futuro.
El Gran Maestro intenta abrirse camino para no recibir una paliza (o algo peor) e intenta atribuirse el mérito de la revolución, ya que la gente necesitaba a alguien contra quien revelarse. Sin embargo, la escena termina cuando sugiere una tregua, pero está claro que recibirá su merecido. Con esto, las posibilidades de que volvamos a verle en el UCM son pocas, aunque es una pena.