El director Matthew Vaughn ayudó a revitalizar las películas de los mutantes de Marvel con X-Men: Primera Generación, y si hubiese seguido en el universo, su siguiente película habría sido muy diferente.
Vaughn co-escribió la siguiente película de la franquicia, X-Men: Días del Futuro Pasado, pero fue Bryan Singer el que se encargó de la dirección mientras Vaughn se encargaba de Kingsman: Servicio Secreto. Según comenta el propio Vaughn para Collider durante la promoción de la secuela de Kingsman:
La razón por la que no he hecho secuelas en el pasado es porque no me emocionaban. Y en Días del Futuro Pasado, incluso aunque co-escribí esa condenada, las razones por las que me salí fueron dos: Primero, respecto enormemente a Bryan Singer y X-Men es el mundo de Bryan, y siento que me dejó jugar en su parque. Lo disfruté, pero no era mi parque. Quería mi propio parque.
La otra razón es que, a pesar del crédito de guionista, X-Men: Días del Futuro Pasado no era la película de los X-Men que él quería hacer. La película que él quería hacer estaba protagonizada por un joven Lobezno (Wolverine).
Y, segundo, no quería hacer después Días del Futuro Pasado. Sentía que esa debería estar en una trilogía y Días del Futuro Pasado debería ser el final de esa historia. Habría hecho una película en medio donde conocerías al joven Lobezno y a un nuevo personaje, y después Días del Futuro Pasado juntaría al joven Lobezno y al viejo Lobezno y sería realmente espectacular.