Y llegamos al último capítulo del año de Agents of S.H.I.E.L.D. justo antes del parón invernal. Esta última entrega ha servido para cerrar la trama principal abierta hasta ahora con un final impactante y para dejar muchas pistas sobre lo que podemos esperar de ahora en adelante. Pero vayamos por partes.
Primero lo principal y, tristemente, lo peor. El final de la trama iniciada con el Motorista Fantasma (Ghost Rider) ha sido cuanto menos inane. La resolución del conflicto con Eli ha dejado un sabor de boca agridulce dada la facilidad con que el supuesto villano era vencido. Un personaje con la capacidad de «crear» (lo siento Fitz) materia de la nada es vencido de una forma absurda y demasiado simplona. No tenemos ni un gran conflicto ni una amenaza real que nos haga dudar en ningún momento. Así mismo, el hecho de que para poder acabar con Eli su sobrino Robbie deba sacrificarse llevándose con él a uno de los mejores personajes que nos ha brindado la serie, no deja de ser también motivo de pena. Y antes de pasar a la gran cantidad de geniales momentos que nos ha dejado este capítulo, otra escena a destacar que ha sido un poco decepcionante para este fan es la que tiene lugar en el momento en que Daisy se descubre ante la prensa. La vuelta de la Agente Johnson a la organización me parece un acierto, ojo, pero la forma de llevarlo a cabo no podía ser más vaga. Después de acabar con el malo, Daisy se siente exhausta y decide salir a toda prisa al exterior y volar unos cuantos metros por encima de los edificios gracias a sus poderes para luego caer en mitad de la zona acordonada de prensa. ¿De verdad? ¿No había mejores maneras de hacer que Daisy saliera a la luz sin recurrir a un recurso tan banal?
En fin, dicho esto, ahora sí, pasemos a las cosas jugosas del episodio. Sin haber sido un capítulo especialmente llamativo por su acción, las escenas de Yo-Yo han sido una genialidad. Especialmente la segunda, con ese tratamiento que recordaba tanto a las escenas de Mercurio (Quicksilver) en las dos últimas películas de los X-Men. Otra escenas con reminiscencias de algo visto en el cine es aquella en la que Eli se llena el vaso de agua a partir de la nada. Cambia el agua por una cerveza y a Eli por un Dios del Trueno y tendrás la escena post-créditos de Doctor Strange (Doctor Extraño). Aunque reconozco que aquí posiblemente estemos más ante una casualidad que un homenaje.
Por otro lado, también hemos tenido algunos guiños a los cómics a destacar. El más obvio, ese momento en que Coulson le revela a Daisy Johnson que la veía como posible directora de S.H.I.E.L.D., a lo que esta responde que eso si acaso se dará en la versión de los cómics. Por si no lo habéis intuido ya, efectivamente Johnson llegó a ostentar dicho cargo en las viñetas allá por 2013 cuando Furia se retiró. Por supuesto, no podríamos pasar por alto tampoco la mención de Coulson a otros Motoristas Fantasmas. Si ya tuvimos ocasión de ver a otro huésped del Espíritu de Venganza en aquel capítulo en que se contaba cómo lograba Robbie Reyes sus poderes, ahora además descubrimos que para Coulson esto no es nuevo. Ahora solo nos queda esperar que no sea un simple guiño y obtengamos más información al respecto. También es digna de mención la aparición del director Mace con supertraje. Como ya comentamos en su día, Jeffrey Mace es el alter ego del «Patriota», super héroe de la llamada Edad de Oro de los cómics allá por los años 40. Así que, como guiño al héroe clásico, nunca está de más un traje colorido. Sin embargo, cuando comparamos los diseños de ambos uniformes comprobamos que el homenaje solo queda en un triste intento.
Y llegamos al habitual último punto de nuestras reseñas: lo que está por venir. Muy jugoso todo lo que nos espera. Para empezar, en lo que al equipo se refiere, parece que por fin podremos empezar a ver un equipo con confianza. Las dudas sobre el director empiezan a despejarse, Daisy vuelve y Mack y Yo-Yo al fin al fin tienen su momento. La vuelta tras el parón no podría empezar con mejor pie para nuestros agentes, salvo por un pequeño gran problema, empieza la era de AIDA. Y el gran cliffhanger de este parón es la revelación de que el androide tiene secuestrada a la Agente May mientras que por ahí circula una copia suya. Hemos de suponer que dicha copia es otro androide al que dio vida AIDA tras estudiar el cerebro de la Agente cuando la tuvo como paciente. Lo cual también nos lleva a preguntarnos si alguna vez llegaron a salvar a May de aquel estado comatoso en el que se encontraba o si la May sana siempre fue el droide. En cualquier caso, este final no podía dejarnos con más intriga. Lo que sí está claro es que el enemigo para el resto de la temporada aún no ha revelado sus cartas y de momento nuestros agentes no saben lo que se les avecina, lo cual hace que la vuelta a la serie vaya a ser más emocionante. Por no hablar ya de que estamos ante un tipo de amenaza al que nuestros héroes no se han enfrentado nunca antes.
Muchas cositas jugosas para el próximo año que esperemos que cumplan con las expectativas sembradas hasta ahora. Y muchas más que seguro que no hemos comentado aquí. Así que, para no perder la costumbre, esperamos vuestros comentarios en el sitio habitual ¡Volvemos en enero!