¿Qué mejor ocasión para reseñar la famosa mini historia Doctor Extraño: El Juramento que estar a las puertas del estreno cinematográfico del personaje? La obra, escrita por Brian K. Vaughan (Runaways) y dibujada por Marcos Martín (The Amazing Spider-Man) fue publicada entre 2006 y 2007 y es considerada una de las mejores historias del Doctor Extraño.
Los cinco números nos sumergen en un viaje en el que el buen Doctor deberá averiguar quién le ha intentado asesinar mientras intenta salvar la vida de uno de sus seres más queridos. Pero no estará solo, pues Wong y la Enfermera de Noche se unen a Stephen Extraño en una aventura que empieza con muchos componente místicos y que paulatinamente se va revelando como una situación tristemente no tan ajena a nuestra realidad.
Y quizás este sea una de las mejores cualidades de esta historia, el cómo Vaughan consigue juntar en un mismo relato el misticismo característico del personaje con algo tan crudo de nuestra realidad sobre las fuerzas que deciden quienes mueren y quienes viven en función de su interés económico.
Como veis, no quiero entrar en muchos detalles de la trama para que todo aquel que aún no haya leído este relato pueda disfrutarlo plenamente, pero sí quisiera insistir en el genial trabajo de guión de Vaughan. Estamos ante una historia sencilla, que no simple, con una dirección. La acción pasa rápido, es todo un relato continuo sin pausas para no pensar ni para el día a día. No es una historia que sirva para establecer a los personajes. Sin embargo, tampoco hace falta conocer historias previas del Doctor para entender esta. Cualquier nuevo lector podrá leer esta miniserie sin problemas de continuidad ni de ningún otro tipo. Según avanza la historia, podemos ir comprendiendo a los actores del relato, sus motivaciones y cómo han llegado ahí, pero todo sin romper el dinamismo de la narrativa de Vaughan.
Bueno, de Vaughan y de Marcos Martín. El dibujante español firma una de sus mejores obras ofreciendo una narrativa exquisita. Es imposible perderse en esta historia. Martín está de sobresaliente en este cómic, ofreciendo una genial caracterización de los personajes y de los escenarios. Es capaz de ofrecer un lugar tan ordinario como una calle de Nueva York y dos páginas más tarde la psicodelia propia de los viajes dimensionales de Extraño reminiscencia de la época de Steve Ditko. Incluso algo que puede parecer tan insignificante como la composición de la página está meticulosamente pensado por el dibujante. La integración narrativa entre viñetas que conforman un mismo espacio en distintos tiempos es un recurso repetido por el dibujante que no hace más que enriquecer la historia. Y, por supuesto, también hay que aplaudir al colorista Javier Rodríguez. Su labor embellece notablemente la de Martín, aunque quizás se echa en falta un poco más de trabajo en los fondos y en las partes «más mágicas».
En definitiva, como habéis podido intuir por lo ya escrito, la obra es completamente recomendable. Una historia que se entiende por sí misma, sin necesidad de haber leído nada antes ni de leer nada después. Un relato para disfrutar al momento, y que seguro no podréis dejar hasta acabarlo una vez empecéis. El misterio inunda toda la historia, adornado con unas geniales caracterizaciones y un establecimiento del mundo del Doctor Extraño que preparará a cualquiera novato para su próximo estreno cinematográfico.