Continúa el genial inicio de la cuarta temporada de Agents of S.H.I.E.L.D. con un emocionante nuevo capítulo lleno de acción en el que hemos tenido de todo.
Después de un último episodio algo escaso de acción, el de esta semana ha compensado con creces. Parece que el enorme elenco empieza a confluir después de un inicio separado y se empiezan a trazar las guías para el resto de la temporada. Además, el capítulo de esta semana nos ofrece situaciones nuevas para algunos personajes, lo cual siempre es bienvenido para salir de la monotonía en la que a veces puede caer la serie.
En esta ocasión, en lugar de tratar los aspectos más generales de la serie, quisiera centrarme en algunos momentos o hechos que me han parecido de lo más destacable por uno u otro motivo.
Aplaudir, en primer lugar, la estupenda persecución de coches. Aquí quisiera echar la vista atrás, antes de que toda esta moda de los superhéroes estallara en cine y televisión, y preguntar, ¿alguien se imaginaba que alguna vez veríamos a un coche clásico de S.H.I.E.L.D. como Lola persiguiendo al Motorista Fantasma en pantalla? Vivimos grandes tiempos en los que podemos disfrutar de cosas que hace unos años no alcanzábamos ni a imaginar. Pero ya no es solo cuestión de echar la vista atrás a cuando nos conformábamos con leer cómics, sino que la mitología del UCM ha crecido tanto que hay otro momento en este episodio que seguro que a más de uno le puso la piel de gallina. Hablo de la presentación del Agente Coulson cuando visita al tío de Robbie Reyes en prisión. Imposible no acordarse del momento en que el actor Clark Gregg aparece en Iron Man con una presentación similar. Y es que ha llovido mucho desde entonces, pero nuestro querido Phil sigue siendo un agente de la Strategic Homeland Intervention, Enforcement and Logistics Division, o como lo tradujeron en España en su día: «Escudo». Ay, qué morriña…
Y hablando de cosas del pasado, esta semana ha vuelto Hellfire a la serie, aunque con un giro sorpresa al final. Bueno, o igual no era tan sorpresa. En cualquier caso, su regreso ha servido a dos propósitos: cerrar una puerta que quedaba abierta la temporada pasada y ofrecernos uno de los momentos más épicos del episodio. Sí, hablo del momento «cadena». El Motorista Fantasma sigue rindiendo homenaje a su mitología con la incorporación a su arsenal de la clásica cadena llameante. Y ojito, que tras dejar a un inconsciente Hellfire a merced de los agentes, se lleva la cadena consigo. Si algo se sigue echando en falta es una mejor explicación de los poderes del Espíritu de Venganza más allá de arder en llamas. Esperemos que en el capítulo 6, donde ya se ha avanzado que contarán el origen del Motorista Fantasma, se explique.
Por último, este episodio nos ha ofrecido algo único con respecto a los anteriores de la temporada, y es más imágenes de grupo. Por fin han coincidido los tres frentes abiertos: Daisy, Robbie Reyes y Phil Coulson. Y de momento parece que va para rato, con esa gran alianza del final. También hemos visto en una misma escena a Fitz-Simmons, May, Coulson, Radcliffe y AIDA. Ay, Aida, ¿qué sorpresas nos deparas? Este personaje me tiene demasiado intrigado. Es genial ver como todas las tramas avanzan a su ritmo, sin desvelarse del todo y manteniéndonos en tensión esperando su momento de eclosionar.
En definitiva, como habréis podido apreciar por mis palabras, he disfrutado de este episodio como un enano. La serie está en un gran momento que esperemos que dure mucho. La rueda ya ha empezado a girar y se nos avecinan grandes cosas. Y vosotros, ¿habéis disfrutado tanto como yo con este capítulo?