Después de una semana de parón, por fin hemos podido disfrutar del tercer episodio de la cuarta temporada de Agents of S.H.I.E.L.D. Y, para no perder la costumbre, os dejamos nuestra habitual reseña a continuación.
Este inicio de temporada está recordando un poco al inicio de la serie. Que no cunda el pánico, no me refiero en cuanto a calidad, sino en cuanto a formato. De momento estamos disfrutando de unos capítulos con argumento propio, sin una trama general que lleve la temporada. Las pasadas temporadas nos acostumbraron a que desde el principio se nos marcaba un objetivo, una meta hacia la que debía avanzar la temporada. Sin embargo, en esta, por el momento, nos están dando unos muy buenos capítulos donde dejan algunas semillas que se recogerán más adelante. Podría decirse que, aún estando en el tercer capítulo de la temporada, todavía estamos ante un inicio.
Y es que aún se están abriendo los distintos frentes. Muchos fuegos han aparecido ya en el radar de los agentes: Daisy de fugitiva, el Motorista Fantasma (Ghost Rider), los Inhumanos, los Watchdogs, S.H.I.E.L.D. a la luz pública… Veremos como avanza la temporada, pero desde luego hay muchos incendios que apagar en los episodios que quedan.
Sin embargo, que no lleve a confusión lo dicho. Estos primeros capítulos, aún yendo por libre, siguen teniendo mucha calidad. El último nos brindó muchas cosas nuevas, como ver a los agentes apañándoselas sin tecnología, o la alianza entre Daisy y Robbie Reyes. Esto último además sirvió para conocer mejor al hermano del propio Reyes, aunque acabara siendo él el culpable de la marcha de Daisy. Pero quizás el núcleo de este capítulo fuera la misión que llevan a cabo Coulson, Mack y Fitz en Miami para salvar a Yo-Yo. Un punto por la genial escena de acción de entrada de los tres agentes a la azotea con un breve plano secuencia que nos muestra una coreografía muy buena de los tres, sí, incluido Fitz, soltando puñetazos a diestro y siniestro. Escena que se ve redondeada con el ataque de estos mismo, más Elena, a las instalaciones donde se alojaba la bomba de PEM. ¿Son cosas mías, o la escena de Yo-Yo a cámara lenta quitando las armas a los soldados con esa peculiar música de fondo es un homenaje a la actual y genial serie The Flash?
Por otro lado, la experiencia terrorífica de la Agente May ha sido bastante corta, aunque muy impactante. Seguro que a más de uno se le pasó por la mente la posibilidad de que de verdad tuviéramos que decirle adiós a Melinda. Pero no. Aun cuando hay un apagón, la tecnología está del lado de nuestros agentes. Y ahí aparece otro de los frentes abiertos de la serie, AIDA.
Y me gustaría poder comentar algo sobre la escena final, pero reconozco que no sé ni qué decir. Así que, cualquier idea o teoría es bienvenida en los comentarios, como de costumbre. Ya sabéis que estas reseñas son solo una excusa para que todos comentemos la serie y expongamos nuestras opiniones, así que ahora os toca a vosotros. ¿Qué os ha parecido el capítulo de esta semana?