En caso de que Robert Downey Jr. no decidiese ampliar su contrato y protagonizar Capitán América: Civil War, Marvel Studios y los hermanos Joe y Anthony Russo tenían un plan alternativo para la secuela de Capitán América: El Soldado de Invierno.
Según comentan los directores en una entrevista para Entertainment Weekly, la idea no debió hablarse demasiado, pero resulta interesante saber cómo de diferentes podrían haber sido las cosas.
Hubo un periodo donde hablamos de un tercer acto que giraba en torno a la Madbomb de la mitología del Capi. No tenía nada que ver con Civil War, y si no hubiésemos podido conseguir a Downey, en las primeras conversaciones antes de pescarlo alguien lanzó la idea de un tercer acto que girase en torno a la Madbomb, que hace que la gente se vuelva loca. Es casi como volverlos zombis, pero no literalmente. El encanto de la Madbomb es que conviertes a hordas de gente en individuos enloquecidos. Ese era el reto físico al que el Capi y compañía habrían tenido que enfrentarse.
Las madbombs fueron creadas por Jack Kirby y usadas por una adinerada sociedad secreta llamada la Élite. Sin embargo, la tercera entrega de la franquicia habría visto al Barón Zemo como uno de los responsables de desatar esta horda contra el Centinela de la Libertad.
La noción de la Madbomb habría tenido al Capi luchando contra civiles y cómo habría manejado eso. Siempre estamos intentando ponerle en esos interesantes problemas morales debido a su naturaleza. Eso habría hecho un tercer acto convincente si los civiles son los antagonistas, ¿cómo podría pararlos sin matarlos?
Sin embargo, lo más interesante es que los aliados del Capi también habrían sido víctimas de la bomba, llevando a Steve Rogers a tener que enfrentarse a sus amigos más cercanos.
Alguien que conoces se ha convertido en un zombi y ahora tienes que luchar contra él. Y ese habría sido el componente emocional de todo.