Escribe Steve Rogers. Se ha hablado mucho de mí estos días, y me temo que todo lo que habéis oído es cierto. Me he negado a firmar los Acuerdos de Sokovia y a participar en un sistema con el que no estoy de acuerdo. Los Vengadores no hemos sido perfectos, hemos cometido errores, pero jamás hemos dejado de intentar hacer lo mejor para todos.
Antes de ser el Capitán América, era un simple chaval de Brooklyn sin aspiraciones. La vida en aquella época era difícil, pero no por ello era peor. Tenemos suerte de vivir en el país en el que vivimos, país que siempre he defendido y que defenderé hasta el día de mi muerte. Pero hay veces que ese amor va en contra de tus principios. Siempre he hecho lo que he considerado correcto, incluso cuando todo estaba en mi contra. Jamás me he rendido cuando estaba convencido de que hacía lo que tenía que hacer. A veces, incluso, he deseado poder mirar a otra parte, pero no he podido. Y hasta el día de hoy, puedo decir que estoy orgulloso de cada decisión que he tomado. Si no fuera por mi insistencia jamás habría podido luchar en la guerra, una guerra que nosotros, juntos, ganamos gracias a soldados con la misma convicción que yo. Y estoy seguro de que cada uno de esos soldados, cada uno de esos buenos ciudadanos americanos, estaría dispuesto a volver a luchar. No por mí ni por ellos, sino por los valores que defienden.
Pero cuando no estás de acuerdo con las órdenes, debes levantarte y protestar, y eso es lo que hecho. Los Acuerdos de Sokovia no son una solución. Los Vengadores hemos tenido nuestros fallos, y firmar los Acuerdos no sería una disculpa, sino una forma de relegar nuestra responsabilidad en otras personas. No fue así como quisimos fundar los Vengadores. La mejor forma de demostrar que valemos para esto y que la gente confíe en nosotros es que nos dejen seguir con nuestro trabajo, porque nuestro fin siempre es ayudar. En cambio, nunca se sabe cual es el objetivo de una organización cuyo líder y agendas cambian constantemente. No puedo tolerar eso. La libertad de los ciudadanos de este planeta no puede estar condicionada por los intereses de los más poderosos, no puede caer en las manos del líder de turno. Nuestras manos son las más seguras.
El precio de la libertad es alto, y estoy dispuesto a pagarlo. Si debo pelear solo, que así sea. Pero si algo sé de esta nación, es que muchos me apoyarán. No estamos solos. No hemos luchado por nuestra libertad para que ahora sea moldeada en función de la seguridad que imponen otros. Si quieren que sigamos haciendo de este mundo un lugar seguro, tendrán que confiar en nosotros. Si lo que quieren es dominarnos, entonces se quedarán sin su protección. No podemos poner en riesgo lo que hacemos por los intereses de otros. Si los políticos quieren a los Vengadores, los tendrán, si quieren un super ejército, buena suerte, pero que no cuenten conmigo.
Porque estoy dispuesto a asumir las consecuencias de lo que hacemos, pero lo que no voy a hacer es luchar las guerras de otros mientras veo la injusticia a mi alrededor. Soportar la carga de ser el Capitán América es duro, pero más duro es ver cómo la gente de tu entorno está en peligro o siendo tratada de forma injusta y tú no puedes hacer nada. Me alisté en el ejército para evitar ese tipo de cosas, pero no lo haré esta vez. No me opondré a aquellos compañeros que lo hagan, pero que no cuenten conmigo.
Pero no renunciaré a lo que soy. Soy un defensor, un amante de sus país y su mundo, y siempre haré todo lo que esté en mi mano por seguir siéndolo. Si quieren que deje de defender mis principios y a la gente de este planeta, tendrán que venir a por mí con todo lo que tengan. Y creedme cuando digo que no me importará, porque por defender mis ideas aguantaría en esta lucha todo el día. Hasta entonces, que la gente de este planeta sepa que sí puede seguir contando conmigo.
Atentamente, un vecino de Brooklyn.