Espacio Marvelita ya ha tenido la oportunidad de ver la película Ant-Man, y como de costumbre, os contamos un poco por encima, y de momento sin spoilers importantes, qué nos ha parecido de cara el inminente estreno.
Para empezar, y siendo un poco crítico, he de decir que no me ha parecido, ni por asomo, eso que tanto proclaman muchos medios americanos: que si es la mejor película de Marvel hasta la fecha, que si es asombrosa y espectacular, que si está a la altura de Guardianes de la Galaxia… Pues bien, ni la una, ni la otra, ni la otra. Eso sí, también quiero dejar claro que no es una mala película, que es muy entretenida, que tiene momentos muy destacables y que hay cosas muy a tener en cuenta. Y, sobre todo, sirve como punto de partida para muchos elementos del futuro del Universo Cinematográfico de Marvel.
Se ha proclamado mucho que es una película de atracos, y vale, hay dos atracos, pero es una parte que me ha dejado algo indiferente. El primero de ellos sirve como punto de entrada para la trama principal, pero el desenlace se ve forzado y se explica muy por encima. Resumiendo, que se antoja un poco insustancial la razón por la que Hank Pym decide que Scott Lang sea su heredero. El segundo atraco ya es harina de otro costal, y es porque ocupa todo el segundo acto del filme, siguiendo a la introducción y precediendo al clímax del enfrentamiento final con Chaqueta Amarilla. Aún así, tiene puntos que no convencen, pero vienen más bien dados por el uso de las hormigas que por la secuencia en sí.
Y es que una parte muy importante de la película son las hormigas, para las que Hank Pym ha desarrollado un dispositivo de control que hace que estas realicen cualquier tarea que se les encomiende. Resulta curioso que presenten hasta cuatro especies diferentes, cada una centrada en una tarea en concreto, llegando a exagerar su participación. Me parece correcto controlar a las hormigas para mover objetos o para montar sobre ellas, pero no me encaja demasiado una balsa acuática hecha de hormigas o que los insectos aparezcan repentinamente de la nada.
Lo que sí encaja es todo lo que rodea al Hombre Hormiga cuando ha reducido su tamaño. Me encanta el entorno miniaturizado, me encanta cómo se mueve el personaje, cómo pelea, cómo se maneja y cómo se rodea de objetos y hormigas. Me encanta la forma en la que han abordado algo tan difícil como es la reducción del mundo de una persona, haciéndolo de una forma en la que está directamente relacionado con el mundo normal, puesto que el protagonista puede cambiar de tamaño a antojo.
Siguiendo con los puntos positivos, hay que destacar el tono cómico de toda la cinta. La presencia de Scott Lang en la piel de Paul Rudd le da a toda la película una gracia que la hace muy entretenida. Rudd hace del Hombre Hormiga un tipo carismático, simpático, gracioso y entrañable, y es difícil no conectar con él desde el primer momento. Existen muchos puntos cómicos en la trama, algunos derivados del tema del cambio de tamaño, pero muchos de ellos vienen de la mano de la filosofía de vida de Lang y de algunos de sus compañeros, sobre todo del personaje interpretado por Michael Peña, un crack.
Del mismo modo, me gustaría destacar la interpretación de Corey Stoll como villano de la película. Vale que su personaje es típico hasta más no poder (empresario que busca el beneficio a cualquier precio), y que su paulatino (o no tan paulatino) cambio de actitud se explica de una forma un tanto repentina, pero su interpretación es más que correcta e incluso amenazante. Obviamente, una vez que se pone el traje de Chaqueta Amarilla esto desaparece, dando paso a una especie de robot malvado con cara de pocos amigos a lo Ultrón. Al menos nos regala una gran batalla final con el Hombre Hormiga en la habitación de la hija de este, Cassie Lang. Mención especial para el gran momento previo en el maletín con un iPhone, Siri y el Disintegration de The Cure.
Del mismo modo que estos personajes se salen, hay otros de los que cabría esperar mucho más. Hank Pym resulta ser un viejo soso, un mentor anodino sin carisma que se ve eclipsado toda la película por su yo joven en la breve introducción. Del mismo modo, porque de tal palo tal astilla, Hope Van Dyne está igualmente espesa, llegando incluso a resultar un poco de relleno. Es un poco villana, un poco parte del drama, un poco topo, un poco interés amoroso, un poco mentora… Al final son tantas cosas que se queda a medio camino de nada. Esperemos que, para el futuro que parece que va a tener en el Universo Cinematográfico de Marvel, la cosa cambie un poco para mejor.
Finalmente, vista toda la película, lo que más creo que se debe resaltar es el uso de la misma como introducción para muchas cosas. Igual que Guardianes de la Galaxia sirvió para introducir a nuevos personajes y el aspecto cósmico de Marvel, Ant-Man nos trae al Hombre Hormiga, a alguien más (os recuerdo, sin spoilers, aunque ya sabréis a quién me refiero) y el Microverso (llamado en la película Mundo Cuántico). A ese alguien lo vemos brevemente en un flashback, pero cubierto con un casco, no mostrando su cara en toda la película y revelando que quedó atrapado en el Mundo Cuántico. Con esto, dejan la puerta abierta a su posible regreso en la piel de cualquier actor/actriz que quieran contratar.
Pero Ant-Man no solo sirve de introducción a esto. Al final se trata de la última película de la Fase Dos pero parece la primera de la Fase Tres del Universo Cinematográfico de Marvel, ya que enlaza directamente con la que será la siguiente película, Captain America: Civil War. Lo hace con múltiples referencias a los Vengadores y a los hechos de películas anteriores, pero sobre todo lo hace con el encuentro del Hombre Hormiga con un Vengador y con una escena post-créditos finales que dice mucho más de lo que parece. Y es que, como sabéis, Scott Lang estará en la tercera película de la franquicia del Capi, veremos si para formar parte del equipo de Héroes Más Poderosos de la Tierra.
Cerrando la reseña, es probable que no pueda decir mucho más de lo que he dicho ya. Ant-Man no es un peliculón, no es una obra maestra y no está entre los mejores trabajos del estudio. Sí, es otro éxito de taquilla, aunque con mucha menos recaudación (de momento), pero dista mucho de estar a la altura de otros lanzamientos. Aún así, Peyton Reed y compañía han conseguido una película muy compacta, completa y bien desarrollada, llena de humor y de toques originales que incluso podrían establecer precedentes. En definitiva, es entretenida y original, y si lo que te gusta es el cine de aventuras, de seguro esta película te congratulará sobradamente. Ahora bien, no queda ninguna duda que, tras ver el filme, te quedarás con ganas de ver más de Paul Rudd como Scott Lang. Eso seguro.