Con las series bajo el sello All-New Marvel NOW! ya en las librerías españolas, Panini Comics nos trae los números correspondientes a esta iniciativa referentes al Castigador, junto a una breve historia anterior al evento, en 100% Marvel. El Castigador 4: Blanco y Negro.
En dos números, El Juicio del Castigador nos narra la historia de un Frank Castle que decide, tras años huyendo de ella y cumpliéndola por su cuenta, entregarse a la justicia. Marc Guggenheim nos sumerge desde el principio en los hechos, sin preámbulos ni situaciones. Castle llega a la comisaría y confiesa su último delito sin que el espectador sepa por qué, dejando esa respuesta para más avanzada la trama. Se trata de una historia corta pero bien llevada y que se centra en los aspectos más relevantes del protagonista: su relación con la abogada de oficio; ese pasado tan conocido por el que nunca ha sido juzgado; y los motivos que llevan a que una persona como el Castigador haya decidido entregarse. Y es que esta última es la mejor baza de Guggenheim en esta historia, un pequeño misterio que te hará seguir leyendo hasta conocer el por qué de todo este jaleo.
En el apartado de la ilustración tenemos a Leinil Francis Yu, quien nos ofrece un muy buen trabajo. Un gran dibujo y un buen color son imprescindibles para un buen cómic, y en este caso es agradable saber que contamos con ello. Las personas son muy realistas y los escenarios cuentan con muchos detalles que pueden pasar inadvertidos pero que ayudan a que la historia gane realismo. Un muy buen trabajo el de Yu, aunque un tanto distinto a su estilo actual, en mi opinión mejor. No olvidemos que El Juicio del Castigador salió en las librerías norteamericanas en septiembre de 2013. Echad un ojo a los números de Los Vengadores bajo el sello Pecado Original de hace unos meses y comparad.
Entramos ahora en la siguiente historia de este tomo, que consta de 6 números, y que nos mete de lleno en el sello All-new Marvel NOW! Nathan Edmonson, que ya nos deleitó con su 100% Marvel. Viuda Negra 1: Los Delicados Hilos de la Telaraña hace un par de meses, vuelve a tomar un personaje sin poderes para llevarnos a través de historias más realistas y oscuras que a las que nos tiene acostumbrado el Universo Marvel.
Al igual que hiciera con la Viuda Negra, Edmonson rebaja aquí también al Castigador a un nivel humano. Castle no se encuentra deambulando en su furgoneta, sino que cuenta con una base en las alcantarillas, su propio traficante de armas y acostumbra a tomarse su café de la mañana en la misma cafetería. Pero además, esta historia inicia con alguna novedad. Frank Castle se ha mudado a Los Ángeles, una ciudad con unos problemas demasiado grandes para la policía pero no tan grandes como para necesitar a los Vengadores. Este es el mensaje que se nos repite durante esta primera historia y que justifica la presencia y los actos del Castigador en la ciudad californiana.
En esta ocasión el enemigo es un cártel que, además de a los clásicos negocios de droga, también se dedica a la producción de armas químicas. Ninguno de estos dos hechos pasarán desapercibidos para un Frank Castle recién mudado y que sabe que sin su trabajo la ciudad está perdida. La policía cobra cierta importancia en el argumento y, como no podía ser de otra manera, aún persiste el debate sobre la moralidad de los actos del Castigador y si su presencia es buena o mala. Pero, a pesar de las novedades, esta historia nos ofrece todo lo que se puede esperar de un cómic del Castigador. Acción, armas, disparos, explosiones por todas partes, sangre y un Frank Castle que en ocasiones se ve derrotado y hasta olvida por qué hace lo que hace.
Mitch Gerads coge el lápiz en esta historia y hace una labor notable. El estilo no podía ser más distinto al de los dos números anteriores de El Juicio del Castigador, pero no por ello desmerecen. El dibujo que nos ofrece Gerads es en muchos apartados hasta más realista, pero en un sentido distinto. Mientras que Yu ofrece ese realismo en el trazo y las formas, Gerads lo hace en las apariencias, los objetos y las situaciones, más que en la forma de dibujar. Los escenarios de Gerads son más trabajados, con más detalles y unos personajes que lucen mucho más cotidianos y, por tanto, reales. Es genial ver esta complementación entre escritor y dibujante.
Concluyendo, quizás no estemos ante una de esas obras obligatorias, pero sin duda es una que merece la pena leer. Si eres fan del Castigador probablemente ya lo hayas hecho, y si no lo eres pero te apetece empezar con el personaje este es un buen punto de partida que además te dejará con ganas de que llegue el siguiente tomo. Edmonson hace una gran labor, sin llegar a la altura del que realiza con la Viuda Negra, y el dibujo de Gerads ayuda bastante a seguir una lectura amena y dinámica con unas buenas escenas de acción. En definitiva, el entretenimiento está asegurado.