«La magia de Disney«. Seguro que habéis oído o leído esa frase múltiples veces. Y es que es así, Walt Disney parece que hace magia, y parece que que todo lo que toca lo convierte en oro, cual Rey Midas de la época moderna. En los últimos años, además, ha dado un salto cualitativo muy importante en el campo de la animación, sobre todo tras la adquisición de PIXAR, y eso que se trata de un campo que de siempre ha sido el buque insignia de una compañía que empezó así, con animación.
Pero los tiempos han cambiado, las modas también, y no lanzar a día de hoy una película de superhéroes es no aprovechar algo que está tan en auge que hasta es difícil de asimilar. Que se lo digan si no a Marvel, o a DC Comics, o a otras editoriales de cómics que buscan colocar sus propiedades en algún estudio de Hollywood con el fin de coger la ola del éxito.
Obviamente, siendo ahora Marvel una subsidiaria de Disney, era difícil no pensar en que tarde o temprano podría llegar una película de la compañía del ratón Mickey protagonizada por personaje del Universo Marvel. Eso sí, desde Disney han querido mantener las distancias, y aunque han usado propiedades de la Casa de las Ideas, las han retocado a su gusto y se han desvinculado todo lo posible, eliminando casi cualquier rastro de relación.
Y así es Big Hero 6, una película de animación clásica protagonizada por el grupo de superhéroes del mismo nombre creados por Steven T. Seagle y Duncan Rouleau, y cuya primera aparición se produjo en Alpha Flight Nº 2. Aunque estos personajes contaron con varias miniseries en en los últimos años, nunca llegaron a ser demasiado conocidos dentro de la comunidad fan, algo que, sumado a su condición y origen, les hizo ideales para los planes de Disney.
Entrando en materia, vamos a ser primero un poco sinceros, críticos y realistas. Big Hero 6 es lo mismo de siempre, lo mismo a lo que nos ha acostumbrado Disney, y lo mismo que podemos encontrar en la industria cuando el público objetivo incluye el sector infantil. Un personaje rebelde que entra en vereda, drama, venganza, un personaje gracioso y entrañable que roba todo el protagonismo, un villano amenazador y enigmático, y un conjunto de personajes secundarios de fácil aceptación pero que no son más que una mera comparsa. Me faltan dedos en las manos para decir películas que podrían ser descritas con esa serie de comentarios.
Ahora bien, dejando de lado prejuicios, estereotipos e ideas preconcebidas, el cuento cambia, y mucho. Big Hero 6 es cautivadora, divertida, emocionante, sorprendente y sabe tocar la fibra sensible. Vale, es predecible, pero no olvidemos en ningún momento que la mayor parte de los espectadores van a ser niños. Tiene mucha acción, muchos momentos cómicos fruto de la interacción entre Hiro y su robot Baymax, y no deja de lado los sentimentalismos, destacados en esta ocasión por medio de los lazos familiares. Del mismo modo, siguiendo con la tónica, la película no está exenta de moralina ni de final feliz, justo resultado para un viaje de lo más entretenido.
Si muchos os preguntáis si un adulto también disfrutará la película, hay que decir que sí, que como siempre ocurre con este tipo de filmes, su historia y su narración están hechas para que sea asequible para todo tipo de público. Habrá cosas que los niños no entenderán, y habrá otras cosas que a los adultos les resultarán infantiles. Sin embargo, existe un equilibrio perfecto que hace que los fans puedan disfrutar como enanos, y que los padres puedan llevar a sus hijos al cine sin temor a aburrirse como una auténtica ostra.
Y como no podía ser de otra forma, la película cuenta con una escena post-créditos finales, un genial cameo y algún que otro Huevo de Pascua relativo a Marvel Comics. ¿Te lo vas a perder?
