Con 100% Marvel. Cable y X-Force 2: Vivo o Muerto nos llega la continuación en España de esta serie que intenta evocar ecos del pasado, pero mirando hacia un futuro incierto. De hecho, ese futuro es tan incierto que este tomo incluye los números entre el 6 y el 14, sirviendo como paso intermedio a un tercer tomo que incluirá el final de la serie publicado el pasado febrero en Estados Unidos con el número 19.
Y es que los tiempos mandan, y es cierto que un equipo de mutantes, por muy duro que sea, no sobrevive a base de andanzas de personajes secundarios a no ser que ofrezca algo totalmente revolucionario, que no es el caso. Ni Cable, ni Dominó, ni el Doctor Némesis, ni Forja y ni siquiera Coloso son capaces de mantener a unos lectores que buscan principalmente a los héroes de las películas.
Y eso que acción no falta, porque aún no ha terminado una misión y ya se está empezando otra. De hecho, empezamos a ver cómo el grupo se divide para llevar a cabo misiones en paralelo, porque las visiones apocalípticas de Cable comienzan a ser cada vez más numerosas. Las misiones, como ya sabréis, no son moco de pavo, porque Cable es un tipo práctico y está más interesado en el resultado final que en los medios para conseguirlo, independientemente de las bajas que surjan por el camino.
Es por esto último por lo que el grupo es tachado de terrorista y peligroso, provocando que los Vengadores se lancen a su persecución, y es precisamente en este hecho en lo que se centran los nueve números que tenemos entre manos. Esto adquiere más peso si cabe al ser el líder de estos, Kaos (Alex Summers), el encargado de dar caza a Cable y compañía. Su sobrino la está liando, y el mutante quiere detener la destrucción y el caos que está provocando X-Force. A esto podríamos añadir también la aparición de Scott Summers, alias Cíclope, para cruzar unos dimes y diretes con su hijo del futuro, pero la realidad es que no deja de ser una mera anécdota insertada con calzador. Por si la reunión familiar no contase con suficientes miembros, vuelve a escena Hope, la hija de Cable, cansada ya de intentar vivir como si nada y decidida a regresar a la acción junto a su padre. Al final, cómo no, este regreso será determinante y salvará vidas.
Pero las relaciones entre personajes no se quedan ahí, y esto es algo en lo que el guionista, que sigue siendo Dennis Hopeless, ha acertado de lleno. La dinámica entre Forja y Némesis sigue estando cargada de humor, convirtiéndose en una pareja cómica muy bien llevada al exponer el dominio de la tecnología de uno contra el dominio de la ciencia del otro. Por su parte, Coloso se siente tan culpable que hasta se entrega para ser encarcelado, todo mientras Dominó está loquita por sus huesos y lo demuestra a su manera.
En definitiva, Hopeless construye una serie entretenida pero con un argumento muy trillado en la franquicia mutante en general, y en el entorno de Cable en particular. Y aunque los lectores siempre dan la bienvenida a historias entretenidas, en estos tiempos uno debe elegir dónde gastar mejor su dinero, y para qué nos vamos a engañar, hay series mejores.
En el apartado gráfico continúa el español Salvador Larroca, aportando todo lo que mejor sabe hacer, y cometiendo los mismos errores de siempre. Es decir, que aquí no veremos al mejor Larroca, pero tampoco al peor, conformándose esto como una serie de paso para dar el salto a otro lugar.