[Artículo] El Camino del Universo Cinematográfico Marvel (Parte III)

Nuevo logotipo de Marvel Studios

Retomamos por tercera vez el inmenso bagaje que tiene el Universo Cinematográfico Marvel (UCM) a sus espaldas. En esta tercera parte del artículo (encontraréis la primera parte aquí, y la segunda aquí) vamos a hacer una clase de historia.

El Nacimiento del UCM

Recientemente hemos hablado de cameos dentro de las películas de Marvel Studios, de sus huevos de pascua, de su estructura interna… pero aún no hemos tocado su nacimiento. De su infancia, de sus primeros pasos. Porque sí sabemos que hay un gran plan tras este enorme cosmos de ficción, pero también hay casualidad. O, como suena mejor a mis oídos, destino.

No es ningún secreto que durante la década de los noventa Marvel estaba arruinada. No es una metáfora. Estaba en bancarrota. Las causas fueron tantas y tan variadas que no vamos a profundizar en ellas. Lo que nos interesa es lo que hizo Marvel para superar la quiebra. Muchos sabéis que el plan de la Casa de las Ideas fue la de conceder licencias sobre sus personajes insignia. Así, a día de hoy aún tenemos a la Fox con  los derechos de Los 4 Fantásticos y los X-Men, o a Sony con Spiderman. Sin embargo, estas no fueron las únicas licencias que expidió Marvel. Hubo dos más que estuvieron años bailando en los cajones de distintas productoras. Y esas dos son Hulk e Iron Man.

Hulk Ang Lee
A día de hoy, ambos personajes cinematográficos están tan asociados a Marvel Studios que cuesta imaginarnos a Tony Stark y a Bruce Banner en otras manos que no sean las de Marvel. Dicha venta se antoja comprensible cuando sabemos que la Casa de las Ideas apenas conseguía transformar sus tremendas pérdidas en simplemente pérdidas. La sangría que sufría la editorial requería de medidas extremas, pues veían que sus asociaciones con otras productoras podían reportar beneficios que ellos apenas cataban. Era el caso de las películas de Spiderman, de Blade o de los X-Men, que conseguían buenos ingresos que en su mayoría acababan en arcas ajenas.

Allá por el 1996 corría un borrador del guion de Iron Man a cargo de la Fox. No llevaron a buen puerto el proyecto y los derechos fueron traspasados a New Line Cinema en 1999. Incluso se barajaron los nombres de Tom Cruise o Nicholas Cage para el papel de Tony Stark (¿os imagináis? Hubiera sido la monda). El dato curioso lo encontramos también en los directores que se habían interesado en el proyecto: Quentin Tarantino (me viene a la cabeza a Iron Man masacrando afganos en un mar de sangre) y el inigualable Joss Whedon. Y digo que el dato es curioso porque Whedon por entonces no era nadie, cinematográficamente hablando. Seguía metido en Buffy Cazavampiros y acababa de estrenar su spin-off, Angel. Ni Firefly había asomado por su cabeza, y el personaje de Tony ya le estaba predestinado.

El guion de Iron Man acabó pasando por nueve manos distintas, que le dieron nueve versiones distintas. Algunas son realmente cachondas:

  • En la de Alfred Gough y Miles Millar, creadores de Smallville y guionistas de Spiderman 2, escribieron que Tony acabaría enfrentándose a su armadura, quien había tomado consciencia de sí misma. La cosa no cuajó, y reciclaron la idea para los tentáculos del Doctor Octopus en Spiderman 2.
  • (Mi favorita) Tony acabaría luchando contra su propio padre resucitado… quien portaría la armadura de Máquina de Guerra. Gracias a Dios que esto no vio la luz.

La suerte o el destino quisieron que en 2005 la licencia caducara y los derechos del personaje retornaran a Marvel. Fue casualidad -o no- que el personaje de Hulk se encontrase en la misma situación en ese mismo momento. Tras la fallida Hulk de Ang Lee, Universal se echó para atrás y renunció a sus derechos sobre el Coloso Esmeralda.

Para Marvel esa coyuntura fue como una señal divina. Finalmente, los hijos pródigos retornaban a casa. Y ambos fueron los hijos pródigos porque eran las piezas más valiosas con las que contaba Marvel en aquella época. Sin Spiderman y sin los mutantes todo el peso del proyecto del UCM recaía indudablemente en los Vengadores, y los dos más famosos para el gran público eran Iron Man y Hulk. Lo bueno es que desde el inicio del siglo XXI la Casa de las Ideas cesó en su empresa de vender licencias de personajes, pues su solvencia económica iba poco a poco en aumento.

La jugada maestra vino cuando la propia Marvel reveló que se desvinculaba de productoras externas. Quería hacer sus propios productos, y lo podría hacer gracias a la experiencia conseguida durante su asociación con otros estudios durante Spiderman, Blade o Hulk. Por tanto, fijaron un objetivo. Y cuanto más ambicioso fuera éste, mejor: iban a llevar a los Vengadores al cine.

Nuevo logotipo de Marvel Studios

No es oficial, pero se sobreentiende que el plan de Marvel Studios convergió con el de la propia editorial. Marvel Studios planeaba llevar a los Vengadores al cine, y la Casa de las Ideas -“casualmente”- comenzó a apear a los mutantes del centro de su universo de ficción. En los cómics llegó la hora de los Vengadores. Bryan Michael Bendis, el hombre fuerte de la editorial, se hizo cargo de los Héroes Más Poderosos de la Tierra y desbarató el grupo en Vengadores: Desunidos, para hacerlo resurgir de sus cenizas en Los Nuevos Vengadores. Para horror de los más veteranos y para deleite de los más novicios, la colección fue un éxito de ventas, y sin duda ayudó a allanar el camino al gran propósito de Marvel Studios.

Ojo con este dato, que se las trae: Para iniciar esta “operación Vengadores”, los productores concedieron a Marvel Studios un crédito de 525 millones de dólares. El plan era producir ocho películas (además de Iron Man y El Increíble Hulk, que ya estaban en fase de pre-producción):

  • Capitán América
  • Hombre Hormiga
  • Ojo de Halcón
  • Pantera Negra
  • Capa y Puñal
  • Doctor Extraño
  • Nick Furia
  • Power Pack
  • Shang-Chi
  • Los Vengadores

Hay que reconocer que el plan inicial era malo con avaricia. Me sorprende la ausencia de Thor, y la inclusión de Power Pack (una serie de adolescentes con poderes bastante desconocida), Capa y Puñal y Shang-Chi. ¿Irán por ahí los tiros en el futuro del UCM? Por Capa y Puñal no me importaría, la verdad.

Por suerte para todos, el plan fue perfeccionado (aunque le veo futuro a una película de Ojo de Halcón y Pantera Negra), y la apuesta más arriesgada por parte del estudio vino entonces: avalaron el crédito concedido con sus propias licencias. Es decir, que si las películas no resultaban rentables y Marvel se veía incapaz de devolver el pago, perdería los derechos de todos estos personajes. Se lo jugaron todo a una carta.

Por supuesto, para producir estas ocho películas haría falta mucho más que los 525 millones de dólares. Con dicha cantidad tan solo podían poner en marcha la maquinaria, pues con suerte les alcanzaría para tres películas. Y después, a cruzar los dedos. Si la taquilla respondía con entusiasmo, los demás proyectos podrían llegar a buen puerto.

Iron Man, el primogénito

Jon Favreau fue designado como director de Iron Man, y lo primero que hizo fue abrir una cuenta en Myspace. Allí pidió la opinión de los fans; lo convirtió en un buzón de sugerencias. La suerte -o el destino de nuevo- quiso que accediera a esa página el artista bosnio Adi Granov, que se encargó de los lápices de Iron Man: Extremis. Director y dibujante hicieron buenas migas, y el propio Favreau lo contrató como “asesor de armaduras” (literalmente).

Iron Man

Con Iron Man en marcha, Marvel Studios vivía un sueño hecho realidad, pero debía andar con pies de plomo. Ahora toda la responsabilidad recaía sobre sus hombros, y si las películas no sabían captar la esencia de sus propios personajes el fandom se les echaría encima. Por ello, Marvel formó un grupo asesor que ayudaría a la franquicia cinematográfica a despegar. Este consejo estaba formado por los pesos pesados de la editorial:

  • Joe Quesada
  • Tom Breevort
  • Axel Alonso
  • Ralph Macchio
  • El omnipresente Brian Michael Bendis
  • Mark Millar (quien ahora es el jefe asesor de la Fox)

Bendis y Millar fueron una elección natural, ya que ambos fueron los guionistas encargados de actualizar a los personajes Marvel para que encajaran con el público de hoy día (lo que todos conocemos como la línea Ultimate).

Fue precisamente tras leer The Ultimates cuando Kevin Feige se quedó prendado de ese Nick Furia con aspecto de Samuel L. Jackson. El presidente de Marvel Studios descolgó el teléfono y se puso en contacto con el actor para ofrecerle el papel, y Samuel L. Jackson aceptó de cabeza. Al parecer, el actor no solo había leído también The Ultimates, sino que le compró a Bryan Hitch, el dibujante de la colección, todas las páginas originales donde salía Nick Furia.

Y así nació la escena post-créditos de Iron Man.

Nick Furia en Los Vengadores
No, tranquilos, no me iré sin soltar algunas curiosidades más. Sé que os encantan:

  • Todos sabemos que la IA J.A.R.V.I.S. es una alusión al mayordomo de los Vengadores, ¿pero alguien sabe realmente qué significan las siglas? Pues «Just A Rather Very Intelligent System».
  • Durante el rodaje de Los Vengadores, Chris Evans (el Capi) era el encargado de mandar mensajes de texto al resto del reparto para ir a tomar algo tras un duro día de rodaje. ¿Os imagináis cual era el contenido de esos mensajes? Pues era «Avengers, Assemble!» que, como todos sabéis, es nuestro icónico «Vengadores, ¡Reuníos!».
  • En la segunda escena post-créditos de Thor: El Mundo Oscuro (no la del Coleccionista, sino en la que Thor desciende a la terraza de Jane para besarla) la actriz que besa a Chris Hemsworth no es Natalie Portman (Jane Foster). ¡Es nuestra Elsa Pataky -y esposa de Chris Hemsworth- caracterizada como Jane Foster!

Y eso es todo por hoy. ¡La próxima parte de este artículo será la última! Como diría Lobezno, hasta otra, «nenes».

Este artículo ha extraído algunos datos del libro El Viaje del Superhéroe: La Historia Secreta de Marvel en el Cine.