En el mundo del cómic existen dos tipos de guionistas: el creador -aquel con planteamientos brillantes y revolucionarios pero con poca gracia para explotar sus propias ideas- y el desarrollador -aquel quien, pese a no ser excesivamente original en sus historias, imprime carácter a lo que escribe y con poco te hace algo muy disfrutable-. Evidentemente, unos pocos elegidos forman parte de un grupo superior donde se aúnan ambas características (Alan Moore, …), pero suelen ser la excepción.
¿Y nuestro querido Bendis? ¿A qué grupo pertenece?
Obviamente es un desarrollador. En cada una de las sagas que escribe podemos sentir un leve olor a refrito, algo así como un “esto me suena de haberlo visto en otro lado”. Y en el número que nos ocupa, conclusión de Diferente e inicio de El Juicio de Jean Grey, pues también. ¿Significa eso que estamos ante un mal cómic? En absoluto. He aquí la gracia de Bendis: de premisas ya explotadas en su día él consigue sacar petróleo. Te entretiene, te hace reír, te hace querer ver más. Y si a eso le sumamos la vuelta de Stuart Immonen a los lápices, mejor que mejor.
Porque desengañémonos, La Nueva Patrulla-X es una de las dos o tres mejores series que encabezan Marvel Now! ¿Y eso a qué se debe? Pues muy sencillo. Bendis, que ya es zorro viejo en esto de conducir el mundo Marvel (y el Ultimate), está haciendo volver a los X-Men a sus orígenes. Nada de mutantes feos a los que nadie conoce, ni del cuero negro a lo Matrix, ni intrincadas tramas centradas en el lucimiento del dibujante de turno. En lo personal, el carácter de la serie me recuerda mucho a los inicios de Ultimate Spiderman (también de Bendis. ¿Casualidad?). Son, simple y llanamente, superhéroes inexpertos a los que el mundo les viene grande. Con sus inseguridades, con su escaso control del poder que poseen, y sobre todo, con las hormonas a flor de piel. ¡Da gusto ver dudar a la joven Jean Grey si encariñarse con Scott o… con alguien más! Y Bendis, que como digo de esto entiende un rato, se ha valido del personaje más carismático del mundo mutante (con permiso de Lobezno) para apoyar esta aventura. ¿De quién hablamos? ¡Pues de Kitty Pryde! Desde que Josh Whedon la repescara en Astonishing X-men (si no habéis leído esta etapa, dejad de perder el tiempo conmigo y corred a haceros con los 4 volúmenes de Marvel Deluxe), la joven Pryde no ha hecho más que ganar popularidad -y merecidamente-.
Y Marvel, con muy buen ojo, ha vuelto a emparejar a Immonen con el bueno de Bendis. Por seguridad, asumo, ya que cuando ambos se juntan las ventas suelen estar garantizadas. Un tándem de lujo que, con sus altibajos (altos en Ultimate Spiderman, bajos en los Nuevos Vengadores), en la colección que nos ocupa hacen un trabajo loable.
¡Atención spoilers!
Como hemos mencionado arriba, esta grapa incluye dos números. Por un lado tenemos la conclusión de Diferente, un número más bien pasable, aunque necesario para afianzar la presencia de X-23 en la Nueva Patrulla-X y sentar las bases del triángulo amoroso formado por el joven Scott, X-23 (Laura) y la joven Jean.
Y por el otro, arrancamos con el Juicio de Jean Grey, el crossover que cruzará ésta colección con la de Guardianes de la Galaxia (también bajo la batuta de Bendis) durante los próximos 3 meses.
En Diferente, con Brandon Peterson a cargo del dibujo, Bendis resuelve las papeletas de forma apresurada. ¿Los fanáticos de Stryker enganchan las gafas de rubí de Cíclope con cinta adhesiva? ¿Y no piensan en anular los poderes de Kitty o de Jean? El discurso del reverendo (en el flashback dibujado por Brent Anderson, aquel quien ilustrara La Imposible Patrulla-X Especial: Dios Ama, El Hombre Mata) es tan solo un guiño a la obra de Claremont en los 80. Un discurso vacío, de malo maloso carente de chispa, que ni inquieta ni pretende hacerlo. Porque ese no es el propósito de esta grapa. Bendis juega al despiste, usa la excusa de la amenaza común para presentar en sociedad a Laura, o X-23, el clon femenino de Lobezno. Y aquí sí hay tela para cortar. Scott preocupado por Laura… ¡con Jean viendo la escena desde lejos! Bien, Bendis, bien.
Y esto nos lleva al segundo número americano incluido en nuestra edición española. Empieza El Juicio de Jean Grey, y lo hace de la mejor manera posible. Con una extensa presentación del status quo del grupo (de hecho, todo el cómic es una pequeña joya de situaciones cotidianas hasta casi el desenlace). X-23 destripando robots como solo Lobezno podría hacerlo, Hank enzarzado en el estudio de las líneas temporales (interesantes guiños los que hay apuntados en la pizarra), Bobby haciendo ángeles en la nieve… y Warren en medio del ataque de celos mutuo entre Scott y Jean. Porque la joven Grey parece que no digiere demasiado bien que Cíclope ya no solo tenga ojos para ella. Lo más curioso del caso es que el trío amoroso usado por Bendis (Cíclope, Jean y Laura) es el embrollo sentimental típico de cualquier historia de los X-Men (recordemos que Laura es la clon de Lobezno). Como digo, nada nuevo en el horizonte, aunque perfectamente tratado. ¿Entablarán cierta rivalidad Laura y Jean a raíz de esto, al más puro estilo Cíclope vs. Lobezno? ¡Espero que sí!
Y precisamente esta pieza del puzle que es Jean Grey, es el vehículo que usa Bendis para mover la trama. Y no solo eso, sino que con mucho acierto, pone en boca de la pelirroja aquello que nombrábamos al inicio: que son superhéroes con inseguridades. Jean aún deja sentir sus inquietudes tras lo ocurrido en La Batalla del Átomo, y nos refresca la memoria del duro golpe que supuso el saber que el futuro Scott (nuestro Cíclope del presente) engañó a su Jean Grey con Emma Frost (todo perversamente narrado en los New X-Men de Morrison). Por no hablar de las dos muertes a las que ha tenido (o tendrá) que hacer frente. Y como si de un deja vu se tratase, irrumpen los Shi’ar para hacerse con Jean y juzgarla por los crímenes que no cometió (al menos no esta Jean) como Fénix. Una vez más, nada nuevo. Recordemos la saga de Fénix Oscura de Claremont y Byrne: La Patrulla-X contra Gladiador y demás Guardia Imperial Shi’ar en la Luna. ¿Homenajeará Bendis dicha batalla?
¿Y qué hay de Immonen? Esta colección le va como anillo al dedo, y Bendis lo sabe. No hay más que ver la última doble página con los Guardianes de la Galaxia irrumpiendo en escena. ¡Immonen en estado puro! No puedo sino aplaudir el nuevo diseño de los uniformes, especialmente lo coloridos que son. Distintos y similares a la vez, como un equipo pero con sus singularidades.
El siguiente número del crossover salta a Guardianes de la Galaxia, aunque con matices. La historia que allí se cuenta es paralela a esta. Es decir, no es imprescindible su lectura para entender la trama. Tan solo nos da un punto de vista distinto (el de Star-Lord y compañía). Aguardaremos a ver si la tónica se repite, o a partir del tercer número del crossover la acción salta de serie a serie. En cualquier caso, estad atentos. La presencia de los Shi’ar suele traer cambios en las colecciones mutantes. Y sino, tiempo al tiempo.