Después del primero y del segundo viene el tercero, así que aquí os dejamos una nueva reseña de la grapa Infinito 3, publicada por Panini Comics que contiene los números originales Infinity Nº 4 y Nº 5 USA.
Lógicamente, este cómic continúa exactamente donde lo dejó la segunda parte, y a mi entender, de momento es la entrega en la que menos se notan los acontecimientos que puedan haber tenido lugar en otras series implicadas, donde se profundiza más en toda la historia que rodea a Infinito.
Por un lado tenemos a Thanos enfrentándose a los Inhumanos, con un Rayo Negro que no duda en destruir Attilan para intentar acabar con el Titán Loco. No solo no lo consigue, sino que además cae prisionero del villano, pero en el proceso ha activado un mecanismo que ha empezado a despertar todos los poderes ocultos de todos aquellos que poseen genes inhumanos por todo el planeta. Eso incluye a Thane, hijo de Thanos y motivo por el que el malvado destructor de mundos está en la Tierra, al que se le despierta un poder que provoca muerte sin más a su alrededor.
Por otro lado tenemos a los Vengadores y el resto de civilizaciones importantes del universo pegándose con los Constructores. Tras ganar la última batalla, los Constructores han accedido a negociar, pero la negociación oculta una trampa que el inteligente Capitán América se huele a distancia. Por ello, envía a Thor a esa negociación, y el Dios del Trueno da un golpe sobre la mesa que demuestra que se puede ganar la guerra, iniciando así una revuelta a escala interplanetaria que finaliza con una gran victoria. Ahora toca poner rumbo a la Tierra para ver qué narices pasa con Thanos, y ojo, porque los Vengadores van con todo.
Una vez más, Jonathan Hikman llega con un guión sólido y muy cinematográfico, pero que da sensación de mera guía para la narración más detallada de los hechos en colecciones paralelas. Sigue sin hacer falta leerse los cruces, pero se antoja indispensable para conocer todo lo que ocurre realmente. Lo que no se puede negar, y eso que estas páginas cuentan con bastante menos acción que la grapa anterior, es que la espectacularidad desborda por cada esquina.
Lo mismo se puede decir de los acompañamientos artísticos de Jerome Opeña y Dustin Weaver, que nos brindan unos dibujos directos, detallados y espectaculares. Destacan sobre todo los enfrentamientos entre Thanos y Rayo Negro por un lado, y entre Thor y un Constructor por otro, ambos dotados de la grandeza del momento gracias unos trazos de alto nivel.
Lo malo de todo esto es que empieza a entreverse que, pese a la espectacularidad general y el alcance universal del evento, el tema empieza a tener un ligero tufillo a intrascendencia. Si no fuera porque ya sabemos que lo que viene después es Inhumanity, casi se podría decir que Infinito terminaría y acabaría en un cajón olvidado para siempre. Eso sí, a la espera de qué nos depare el cierre del evento, claro está.