Lo que tenemos aquí entre manos no es otra cosa que el cierre de una trilogía comenzada con el debut en los cómics del novelista Jonathan Maberry, allá por 2011 con Punisher Vs. Universo Marvel, y continuada por él mismo en Lobezno Vs. Universo Marvel. Ahora, poco tiempo después y aprovechando el tirón del género que tratan estos cómics, Maberry regresa con una miniserie que Panini Comics ha recopilado en el tomo 100% Marvel. Los Vengadores Vs. Universo Marvel.
Como decimos, se trata de aprovechar el tirón del que disfruta en los últimos años este género, el de los zombis. Como experto en el tema gracias a sus novelas, y teniendo como referencia la base de Marvel Zombies en la editorial, Maberry nos ha ido presentando una serie de historias en las que dos de los tipos más duros de la Casa de las Ideas, como son el Castigador y Lobezno, se las ven de lleno contra las versiones zombi del Universo Marvel.
Esta miniserie que tenemos ahora entre manos retoma la historia narrada en las otras dos entregas anteriores, contando los hechos de forma paralela desde el punto de vista de Ojo de Halcón. Mientras los Vengadores intentan retener a las hordas y luchar por la supervivencia, tres de las mentes más brillantes (Reed Richards, Hank Pym y T’Challa) intentan encontrar una cura. Curiosamente, hay alguien que ya afirma tener esta cura, el Dr. Muerte, que la ofrece a cambio de ser considerado el dueño y señor del mundo entero.
Dicho esto, se trata de una lectura interesante para los que se han hecho con este tomo sin conocer la existencia de los otros dos, o por las circunstancias que sean. Lo malo surge para aquellos que vengan de leer el material anterior, porque lo que se presenta aquí es la misma trama que se desarrolla en los mismos lugares con los mismos personajes, aunque en principio sea algo paralelo desde otro punto de vista. Con esto quiero decir que ya sabemos lo que está pasando y ya sabemos lo que va a pasar, y, hasta cierto punto, esto puede resultar aburrido. Tanto, que hasta el propio Maberry parece haberse aburrido escribiendo este cierre.
Sin excavar demasiado, vemos que faltan la acción y la espectacularidad que debería contener todo cómic que lleve la palabra Vengadores en el título, y faltan el auténtico elemento gore y el indispensable sentido de lo grotesco típicos del género zombi. Pero lo más importante es la falta de originalidad, la oportunidad perdida de aprovechar esto para presentar una historia que nos enganche y que sirva para que el lector se sienta entretenido en todo momento, en lugar de hacer una calco de lo anterior pero con otras máscaras. Es como si Maberry hubiese firmado desde el comienzo para hacer una trilogía y las ganas se hubiesen ido diluyendo con el tiempo, acabando por sacar la última miniserie casi por obligación.
De esto parece contagiarse también el que ha sido elegido como dibujante en esta ocasión, Leandro Fernández, que no está ni de lejos a la altura del gran trabajo que nos brindó Goran Parlov en Punisher Vs. Universo Marvel. El argentino se limita a mantenerse dentro del estilo de la trilogía, sin arriesgarse, y con los mismos síntomas monótonos que se pueden entrever en el grueso del guión. No cabe ninguna duda de que todo esto huele más a trabajo por encargo que a algo que realmente le apeteciese hacer al dibujante.
Si el primer tomo era algo atractivo y de lectura recomendable, y el segundo aceptable pese a mostrar ya síntomas de agotamiento, este tercer tomo, más de lo mismo, se antoja como algo totalmente prescindible e insulso. Si te has leído los otros dos, este te lo puedes saltar, y si te apetece entrar de algún modo en esta historia, existen otras dos opciones mejores. Todo depende del sentimiento completista que tengas.