Tras el parón provocado por la inclusión de Panini Comics de Avenging Spider-Man en la misma colección, volvemos de nuevo a la serie principal con Spiderman Superior Nº 86, que contiene Superior Spider-Man Nº 11-13 y Alpha Big Time Nº 5 USA.
Si la arrogancia, el egocentrismo y la superioridad del nuevo Spidey que es Otto Octavius ha quedado patente desde el primer minuto, en este número vemos cómo se da un gran salto hacia ese lado oscuro en el que el personaje ha ido cayendo paulatinamente.
Con Peter Parker ya completamente fuera de juego (de momento), vemos que Otto, Spidey o como queráis llamarlo, cada vez se muestra más irritable ante todas aquellas personas que están, de algún u otro modo, por encima de él. Somos testigos de cómo trata con desdén a su profesor de universidad, cómo ningunea a su jefe en Horizon Labs y cómo utiliza al Alcalde de Nueva York, J. J. Jameson para sus propios fines. Otto se cree mejor que todo el mundo, y por tanto considera que debe ocupar la mejor posición posible en todos los ámbitos.
El miniarco argumental que se nos relata en estos tres números se centra en la ejecución legal de Alistair Smythe, más conocido como el villano Mata-Arañas, que tendrá lugar en La Balsa ante la placentera mirada de J. J. Jameson, viudo por obra y gracia del citado villano. Sin embargo, como el propio Jameson (y cualquier lector habitual) cabría esperar, el Mata-Arañas lleva a cabo un plan de escape que pone toda La Balsa patas arriba.
En este desorden tenemos de todo, desde rehenes a los que proteger, hasta la participación estelar del Escorpión, Boomerang y el Buitre, que se unen temporalmente al Mata-Arañas, y el Lagarto, que actúa como salvador de J.J. Sin embargo, pese a la gran cantidad de acción, lo más destacado de estas páginas es el poder ver a Spiderman cruzando la línea una vez más, anteponiendo acabar con el mal a defender a los inocentes, y segando una vida con el fin de evitar que se repitan los hechos en un futuro.
La conversión de Spiderman de héroe a antihéroe parece prácticamente completada, a falta de que el guionista Dan Slott nos revele que es eso que claramente tiene Otto entre manos. La serie continúa siendo la mar de interesante, no solo por mostrarnos a un Spiderman diferente, directo e incluso despiadado, sino porque se está construyendo una trama por detrás que augura cosas realmente grandes que podrían cambiar todo el panorama arácnido.
En las ilustraciones tenemos de nuevo a Giuseppe Camuncoli, un dibujante de calidad demostrada en muchas de las grandes viñetas de acción que podemos encontrar en este cómic. Sin embargo, al igual que existen puntos destacables por el lado bueno, también los hay por el lado malo, y no podemos dejar correr, por ejemplo, el pésimo diseño que realiza del Lagarto.
El minitomo se completa con la quinta y última entrega de Alpha Big Time, en la que Joshua Hale Fialkov, junto a los dibujos de Nuno Plati, pone fin a una miniserie entretenida pero nada memorable. Como él mismo comenta, sirve de homenaje a esos primeros pasos de Spiderman, y deja las puertas abiertas para que en un futuro se pueda meter mano a este superhéroe principiante. Además, prácticamente al final, se descubre el motivo por el que Otto le develve los poderes a Alpha, un intento frustrado de ser aún más superior.