En un final que el New York Times solo podría describir como «apropiado», el musical de 75 millones de dólares Spider-Man: Turn Off the Dark cerró su tumultuosa etapa en Broadway el pasado sábado con un fallo técnico, uno que requirió que un miembro del equipo saliese al escenario durante la representación para tratar con una puerta que no se cerraba correctamente.
Pero en el esquema general de los tres años del espectáculo, 1.268 representaciones en total, marcado por accidentes del reparto, un presupuesto inflado, crueles análisis inciales y el brusco despido de la directora y co-creadora Julie Taymor, el caos fue menor. Aún así, «apropiado» es la palabra perfecta.
Los productores anunciaron el pasado mes de noviembre que terminarían con el espectáculo el 4 de enero, con planes de reabrirlo en 2015 en Las Vegas, donde esperan que la producción más cara de la historia de Broadway sea capaz de reportar beneficios.
Aunque el musical ha probado un seguimiento popular tras la revisión de 2011 que dejó de lado muchos de los elementos propios de Taymor, simplemente era demasiado caro. Hasta recientemente, recaudaba regularmente 1 millón de dólares o más cada semana en venta de entradas, algo que no cubría sus 1,2 millones de dólares en costes de producción. Pero a finales de agosto, la recaudación de ventas de entradas cayó hata los 621.960 dólares y nunca volvió a subir. Al final, el musical acumuló pérdidas estimadas de 60 millones de dólares. El musical habría necesitado estar en cartelera durante al menos otros siete años más para reportar beneficios.
Según el periódico, parte del público del sábado lanzó rosas rojas y blancas al escenario del Teatro Foxwood, donde las estrellas originales Reeve Carney y Patrick Page entregaron ramos de flores al reparto actual. Un par de actores llevaron carteles en los que se podía leer, «Apuesta siempre al rojo (y azul)» y «Vegas, Baby», referencias al planeado traslado a Las Vegas.
