Thor regresa a las pantalla con la película más épica y cósmica de Marvel Studios hasta la fecha. Junto con Hulk, Thor parecía el patito feo de las pelis de Marvel Studios. Su primera película dejó a los marvelitas algo fríos. Esperábamos grandes combates y épica, y finalmente la película iba de un señor al que su padre no quería y que se dedicaba a pasear en vaqueros y camisa de franela por las calles de Nuevo México en busca de un martillo. Vale que había que explicar eso de que los antiguos dioses eran en realidad alienígenas (como bien sabe Giorgio Tsoukalos), pero esa no era la peli en la que yo imaginaba al pensar en Thor.
La peli que yo me imaginaba, o muy parecida, ha resultado ser Thor: El Mundo Oscuro. Esta peli está empapada de magia Marvel. Por un lado, tenemos batallas épicas al más puro estilo el Señor de los Anillos; por el otro, acción espectacular como en Star Wars. Adereza la mezcla un humor inteligente lleno de diálogos divertidos.
La trama se centra en esta ocasión en Thor y en Asgard. Aunque Midgard tiene cierto protagonismo esta vez viajaremos para ver cómo el hijo de Odín pacífica a golpe de martillo Los 9 Reinos. Pero la amenaza del argumento es, una vez más, los pecados del padre que ha de pagar el hijo. Los Elfos Oscuros, enemigos jurados de Asgard y a quienes se creía extintos, regresan para traer la oscuridad a todo el universo. Evidentemente Thor deberá hacer frente a este peligro y ahí es donde Thor: El Mundo Oscuro florece, sacando oro de una trama tan poco original.
Alan Taylor, casi en busca y captura tras abandonar el rodaje de Juego de Tronos para dedicarse a esta producción, se empapa de esos elementos que hicieron grande la mitología reimaginada por Jack Kirby (y también por Stan Lee, claro). Tenemos batallas, naves espaciales, capas, espadas, rayos láser, elfos y armas míticas. Todo en una mezcla de fantasía y ciencia ficción que finalmente resulta convincente en pantalla. El resultado es un suma y sigue de secuencias de acción dignas de los tebeos y que poco tienen que envidiar a lo visto en Los Vengadores (aunque la película de Whedon sigue siendo el modelo a superar).
Cuando la acción y los grandiosos efectos especiales no están desbordando la pantalla, es obligación del reparto mantener el pulso de la historia. Y ese pulso lo gana Tom Hiddleston interpretando al mejor Loki que hemos visto hasta la fecha: intenso, divertido, maligno. Hiddleston eclipsa al resto del reparto: Chris Hemsworth hace lo que buenamente puede, pero lo suyo es golpear con su martillo y tampoco se le pide más; Natalie Portman aparece algo desganada y tampoco es que su papel le deje hacer mucho más; Anthony Hopkins recrea un Odín de poderosa presencia, pero testimonial; y Christopher Eccleston, bajo un espeso maquillaje, defiende con orgullo su papel de villano de turno de presumible final. Hay que destacar el trabajo de Stellan Skarsgård y Kat Dennings, que regresan como Dr. Selvig y Darcy respectivamente, en su función de alivio cómico. Dos personajes que rayan lo ridículo en una película de este corte, pero que consiguen ser realmente divertidos, sin perder la dignidad, a pesar de perder los pantalones en más de una ocasión.
La peli tiene sus fallitos, claro. Por ejemplo, a la trama le cuesta arrancar. También tiene alguno de los fallos de racord más terribles que he visto en mucho tiempo (son tantos y tan evidentes, que me hacen pensar que se ha cortado bastante metraje entre distintos planos). A pesar de ello, el espectáculo visual es tan intenso que al espectador, especialmente al marvelita, se lo pasará bomba durante el metraje. Marvel Studios consigue no perder el pulso de éxitos anteriores y juega sus mejores bazas: sano espectáculo e impresionante diversión.
Aunque no era la cinta de Fase Dos de Marvel que más ganas tenía de ver (sueño todos los días con Capitán América: El Soldado de Invierno; más después del estreno del primer tráiler), Thor: El Mundo Oscuro se ha convertido en una de mis pelis Marvel preferidas. Esta es la peli de Thor que el fan de Marvel quiere ver.
Termino la crítica de la película hablando de las escenas post-créditos. Desde que Samuel L. Jackson se puso por primera vez el parche de Nick Furia en Iron Man estamos siempre atentos a estos momentos, pensado más para los fans que para el público en general. Si en Los Vengadores “flipamos” con esa sonrisa de Thanos, y en Iron Man 3 nos quedamos algo fríos con ese “chiste” de Tony en terapia junto a Banner, esta nueva peli de Thor nos ofrece dos escena. a partir de aquí, SPOILERS.
La primera escena viene a enseñar las consecuencias de lo contado en la película y cómo estos inician lo que dentro de unos meses se convertirá en Los Guardianes de la Galaxia. Uno pensaría que lo suyo sería presentar Capitán América: El Soldado de Invierno, que es el próximo estreno de Marvel Studios, pero el Capi se vende bien solo, y Disney apuesta por Guardianes como nueva franquicia fuerte. En la escena conoceremos a El coleccionista, interpretado por Benicio del Toro quien en esos minutos comenzará la búsqueda de (atentos marvelitas) las Gemas del Infinito. El tono y la estética poco tienen que ver con Thor, o con ninguna otra peli de Marvel. Parece que Los Guardianes de la Galaxia va a ser toda una caja de sorpresas.
La segunda escena sirve de cierre de la historia de Thor hasta el momento, dejando al personaje en un buen punto de partida para lo que sea que esté por venir en Los Vengadores: La Era de Ultrón y Thor 3.