Como buena factoría de personajes, el Universo Marvel también necesita su cantera de héroes para ir poblando cada vez más un mundo que crece sin cesar, y obviamente, para ir cubriendo bajas o rellenando huecos que puedan surgir. Así, fueron naciendo con el tiempo diversas instituciones (y en la mayoría de los casos sus respectivas series) como la Fundación Futuro, la Escuela Jean Grey, la Academia de Vengadores, la Academia Braddock del Reino Unido, los Runaways, etc.
El problema llega cuando la cosa se te va de las manos, y generas muchos más personajes de los que se necesitan realmente. Algunos de esos individuos dan el gran salto a la primera división, pero la mayoría se ven relegados a series de segunda (que se acaban cancelando) o, en el peor de los casos, al olvido. Es por ello por lo que Marvel tomó la decisión de hacer un poco de limpieza, y qué mejor forma haciendo rodar algunas cabezas.
Partiendo de un concepto visto ya hace muchísimos años, por ejemplo, en El Señor de las Moscas, popularizado en la era moderna por Battle Royale, y más de moda que nunca por la saga Los Juegos del Hambre, Marvel Comics nos presenta la serie Los Vengadores: Arena, cuyos primeros seis números recopila Panini Comics en el tomo 100 % Marvel. Los Vengadores: Arena 1 – Mundo Asesino, con guión de Dennis Hopeless, y dibujos de Kev Walker y Alessandro Vitti.
La historia de esta serie nos cuenta como un Arcade con aspecto renovado más cercano a un guaperas salido de un anime que a la caricatura de sí mismo que era hace años, y dotado de gran poder, se las apaña para secuestrar a varios jóvenes de todo el Universo Marvel y reunirlos en Mundo Asesino con el objetivo de hacerlos participar en un nuevo juego de su invención. La premisa del juego es bien sencilla: haced lo que queráis, como queráis y como podáis, pero solo puede quedar uno.
El trabajo que se le presenta a Hopeless con esta serie es arduo, pero a la vez le permite dar rienda suelta a su imaginación. El hecho de que la mayoría de los protagonistas sean personajes poco conocidos abre las puertas del desarrollo de sus personalidades y actitudes hasta un límite insospechado. Vale que no puede obviar el origen de cada uno de ellos, pero no olvidemos tampoco que aquí todos están sometidos a una gran presión y a situaciones constantes de vida o muerte, algo que puede justificar ciertas libertades narrativas. Además, todos ellos han sido elegidos cuidadosamente, presentándose un gran abanico de personalidades que, en un momento u otro, chocan entre sí de forma inevitable. Están los valientes y los cobardes, los seguros y los inseguros, los expertos y los novatos, engreídos, mentirosos, asesinos, honorables, pasotas… Vamos, que hay de todo un poco.
Como no podía ser de otra forma, la principal baza del guionista son los sentimientos de los personajes y las relaciones que se establecen entre ellos. Sus posibilidades de sobrevivir pueden ser nulas, y aunque muchos confían en encontrar una solución, otros no olvidan que, al final, solo podrán salvarse si mueren todos los demás. Por tanto, si ya resulta complicado confiar en gente que no conoces, mucho más aún cuando no sabes qué intenciones tienen en un mundo en el que se trata de matar o morir. Y por supuesto, siempre está presente el miedo a la muerte…
Esto da lugar a otro de los puntos fuertes de un material que sigue este juego, y ese es el factor sorpresa. Da igual que lo lleves en la sangre como X-23, que tengas unos poderes absolutamente mortíferos como Tóxica, que solo quieras pasara desapercibida como la pequeña Death Locket o que tan solo seas una simple (aunque extremadamente habilidosa) humana como Cammi, porque cualquiera puede morir en cualquier momento.
En cuanto al apartado gráfico, buen nivel a la altura del aspecto narrativo. Walker detalla con acierto a cada personaje, retrata perfectamente los múltiples paisajes que van apareciendo (playas, parajes nevados, montañas, bosques, selvas…) y, por supuesto, las presenta de forma espectacular las batallas que se producen, que al fin y al cabo, es lo que más importa en esta serie. Y además no se corta a la hora de darle unos pequeños tintes gore, pero sin ser de forma gratuita, por lo que no hay mucho negativo que decir. Si cabe, comentar que se notan pequeños bajones de calidad en los momentos que interviene Vitti con sus lápices, para nada que nos haga tirarnos de los pelos.
Resumiendo, tenemos un tomo que nos sirve para establecernos en la serie. Se presentan los personajes, somos testigos de sus reacciones y adaptación ante la nueva situación en la que se encuentran, y empezamos a ver los primeros desenlaces. Aunque no es que sea una de las mejores series de los últimos tiempos, es toda una sorpresa por su aceptable calidad y por contar con un interesante factor de adicción, que nos lleva a querer seguir leyendo para ver quién sobrevive y quién no. Buen trabajo de Hopeless, sin duda alguna.