Ya os contamos los eventos que ocurrían inmediatamente antes del famoso arco El Demonio en la Botella de Iron Man gracias al tomo Marvel Gold. Iron Man: A Merced de mis Amigos, en donde descubrimos los hechos que llevaron a Tony Stark a caer en ese agujero negro. Ahora, Panini Comics continúa publicando material clásico del Vengador Dorado y nos da la posibilidad de saber qué ocurrió justo después de ese mítico arco argumental, completando lo que podríamos llamar «una trilogía imprescindible» en la vida comiquera de Hombre de Hierro.
En el tomo Marvel Gold. Iron Man – El Héroe Interior, Panini recopila en el clásico formato de la línea de libro con solapas de 208 páginas los números Iron Man #129-139 USA, que cuentan con guiones de David Micheline y Bob Layton, y dibujos de Bob Layton, Sal Buscema y Jerry Bingham.
En estos números, principalmente, podemos decir que Micheline se dedica a atar todos los cabos sueltos que provienen desde A Merced de Mis Amigos antes de su cercana marcha de la serie (que se produciría en el número 157). Recordemos que el acoso de S.H.I.E.L.D. contra Industrias Stark, la aventura amorosa con Madame Máscara, los fallos en la armadura de Iron Man, los ataques de El Otro, el desprestigio popular del héroe y otros detalles sumen a Stark en una profunda depresión que le lleva a refugiarse en el alcohol.
Así, durante diez números, vamos viendo paso por paso como un recuperado Tony Stark va cerrando todas y cada una de esas tramas pendientes en lo que, aparentemente, son historias independientes y autoconclusivas. Para un lector que acceda a este tomo de forma directa sin haber leído los otros dos, el resultado será una lectura amena llena de historias cortas de aventuras protagonizadas por Tony Stark / Iron Man. No es, para nada, necesario haber leído los números anteriores, y más cuando es típico de la época hacer repetitivas recapitulaciones al comienzo de cada número. Sin embargo, para los que ya vienen siguiendo esta mítica etapa desde números atrás, cada historia será continuación directa de algo que ya se pudo leer con anterioridad, poniendo punto y aparte y limpiando la pizarra para lo que vendrá en un futuro inmediato.
Teniendo en cuenta esto, se puede deducir fácilmente que este tomo es total y absolutamente continuista con respecto a los dos anteriores, con la salvedad de que esto parece un nuevo ascenso en la vida personal de Tony Stark, en lugar del descenso sufrido hasta este momento. Tras varios números de desorden, desidia, auto-desconfianza, depresión e incluso miedo, Tony Stark vuelve a confiar en sí mismo, a sentirse feliz, a estar contento, a querer luchar por lo que le importa, y eso se nota también hacia fuera.
Lamentablemente, el personaje sigue estando lejos del Tony Stark que conocemos hoy en día, manteniéndose como un multimillonario excéntrico, mujeriego y bastante soso en cuanto a actitud, comentarios y diálogos. Micheline continúa por la senda de presentar a un personaje más de la calle, menos superhéroe, lo que por un lado resulta pero por otro no. De hecho, nos encontramos casi constantemente con una especie de sensación de deja-vu con el lazo Clark Kent / Superman, que se hace muy patente cada vez que Tony Stark huele el peligro y debe ponerse el traje de Iron Man. Incluso hasta llega a hacerse un guiño en un punto en el que Stark dice, literalmente, «nunca hay una cabina de teléfono cuando la necesitas«.
Vemos, en las poco más de 200 páginas del tomo, como Stark recupera el control de su compañía gracias a un giro bastante inteligente por su parte, para asombro de Nick Furia, aunque a nivel narrativo quizás un poco precipitado. Vemos también como se cierra definitivamente el capítulo de su relación sentimental con Madame Máscara, que tras un enfrentamiento de gatas con el actual interés amoroso de Tony, se da cuenta que fue la culpable de los malos momentos pasados por el multimillonario. Vemos, precisamente, el desarrollo de esa relación con Bethany Cabe, una guardaespaldas con la que parece vivir una aventura amorosa un tanto liberal. Se cierra también el arco relacionado con El Otro, comenzado tantos números atrás y que se había perdido en el limbo, y se construye todo para que, de nuevo, Iron Man vuelva a ser un héroe aclamado por las masas y en el que la gente puede confiar.
Aparte de esto, se introduce una historia de interludio en la que Bruce Banner / Hulk hace acto de presencia. En ella, Tony Stark intenta ayudar a Banner fabricando una cura para su problema, pero al final resulta que el remedio es peor que la enfermedad. Entre medias, vemos un poco más de presencia del científico Scott Lang, que recupera al Hombre Hormiga para darle cabida en un número de este tomo. Y no nos olvidemos tampoco de James «Rhodey» Rhodes, un personaje que no lleva demasiado tiempo desde su debut hace unos cuántos números, pero que cada vez va cobrando más importancia dentro de la serie.
En cuanto a los dibujos, hay que decir que son clásicos hasta decir basta, pero es lo que toca, porque para algo son cómics de finales de los años 70. Ya no está John Romita Jr., pero sí Sal Buscema, y el resultado es prácticamente el mismo. El nivel baja ligeramente en algunos números en los que Layton comienza a jugar con los lápices, demostrando falta de práctica, ritmo y adaptación a la narración visual por viñetas, pero viéndolo desde un punto de vista general casi se puede pasar por alto. El dinamismo tosco, el excesivo colorido y los movimientos exagerados son parte de cómo eran los dibujos en aquellos tiempos, por lo que compararlo con lo que podemos encontrar hoy en día no tiene sentido. Para lo que había por entonces, no podemos decir que haya queja alguna.
En definitiva, Marvel Gold. Iron Man – El Héroe Interior es un tomo divertido, entretenido y diría que indispensable tanto para los fans de Iron Man como para los que han leído El Demonio en la Botella y, sobre todo, A Merced de Mis Amigos. Para los que desean iniciarse, no es un mal punto de entrada, pero sería recomendable empezar un par de tomos antes para recorrer todo el hilo argumental. A fin de cuentas, no olvidemos que seguimos estando ante una de las etapas clave, posiblemente de las mejores, que ha tenido el Cabeza de Lata en toda su historia, y es algo que hay que tener en cuenta para comprender sus orígenes y su desarrollo a lo largo de toda la historia de Marvel Comics.