[Crítica] Marvel Deluxe. Invasión Secreta

Marvel Deluxe. Invasión Secreta

Marvel Deluxe. Invasión Secreta

Una de las prácticas que ha sabido rentabilizar bien Marvel Comics en los últimos 10-15 años ha sido la de los eventos anuales. Allá por 2008, el evento que tocaba era Invasión Secreta, donde los Skrulls asumían una vez más el protagonismo para desatar su ataque definitivo contra la Tierra.

Ahora, cinco años después, Panini Comics nos da la oportunidad de repasar de nuevo o descubrir este evento con varios tomos, de los cuales os presentamos el primero, Marvel Deluxe. Invasión Secreta, encargado de recopilar los ocho números de la serie principal, el prólogo y el epílogo en formato cartoné con 304 páginas, todo ello escrito por Brian Michael Bendis y dibujado por Leinil Francis Yu.

Para entender el porqué de este evento, que se basa en la premisa que yo defino como «el juego de La Cosa (en referencia a la película de John Carpenter) y en donde no sabes si el que tienes al lado es quien dice ser, hay que remontarse a los años 1971-1972, cuando se publicó la Guerra Kree-Skrull. Al terminar esta guerra, un grupo secreto formado por Iron Man, el Dr. Extraño, Namor, Reed Richards, Rayo Negro y Charles Xavier (conocido como los Illuminati) viajó al imperio Skrull para amenazar con que no se permitiría otro ataque contra la Tierra. A pesar de esto, el grupo fue capturado y cada uno de sus componentes fue estudiado a fondo para analizar su principal característica de poder. Aunque los héroes consiguieron escapar, los Skrull ya tenían una información que más adelante utilizarían para una invasión que todos sabían que llegaría tarde o temprano, pero que al final nadie vio venir.

Illuminati

Como muchos sabréis, y los que no ya os enteráis ahora, los Skrulls son una raza alienígena de multiformes que pueden adoptar el aspecto de quién se propongan. Partiendo de esto y de la información recopilada en los hechos narrados anteriormente, la reina Skrull Veranke pone en marcha un plan de infiltración de agentes durmientes que suplantan a una serie de superhéroes y agentes de S.H.I.E.L.D. en la Tierra. Todo con el fin, obviamente, de despertar llegado el momento y comenzar la invasión desde dentro.

Como la base de toda la historia es confundir sobre la identidad de gran cantidad de personajes, el guionista cuenta con un trabajo complicado a la hora de excavar en el pasado tanto de los individuos como del todo en general. En eso, Bendis sale airoso, y con nota. Por ejemplo, además de situar la base del evento en la comentada Guerra Kree-Skrull, Bendis reinicia el status quo de los eventos inmediatamente anteriores para determinar que son provocados por los propios Skrulls. Así, Dinastía de M fue provocado para evitar una resistencia mutante, la Guerra Civil buscó dividir a los superhéroes, Vengadores Desunidos acabó con el equipo más peligroso para ellos y World War Hulk quitó de en medio al Gigante Verde. Además, también provocaron que Thor muriese en el Ragnarok, que el Dr. Extraño dejase de ser el Hechicero Supremo, que la Bruja Escarlata se volviese loca y se buscó controlar la extracción de vibranium de las minas de la Tierra Salvaje. El camino estaba teóricamente allanado, pero surgieron otros obstáculos.

Invasión Secreta

Sin embargo, lo más complicado para el guionista fue a nivel individual, porque los eventos a gran escala están ahí, y resulta relativamente sencillo darles una razón superior. Es complicado, realmente complicado, buscar «puntos muertos» donde un personaje podría haber sido reemplazado, sembrando la duda sobre si realmente es el original y, una vez descubierto que no, lanzando al aire la pregunta ¿desde cuándo lleva el Skrull suplantando esa identidad?

Y es que Bendis consigue hacer que el lector dude todo el tiempo. En algunos casos habrá un único superhéroe que no sabremos si es el original o si es un Skrull, y en otros casos tendremos a dos superhéroes iguales sin atisbo de diferenciación. Es aquí donde juega un papel crucial el hecho de tirar de biblioteca, porque las continuas referencias al pasado serán lo que al final hagan que la verdad salga a la luz. Esto, además, nos hará repasar mentalmente toda la historia reciente del Universo Marvel, pensando en si esto o aquello fue provocado por los Skrulls y si ya estaban presentes aquí o allá. Obviamente, esto no solo crea confusión en el lector, sino entre los propios personajes de la historia, generando desconfianza, y eso sin olvidar que está reciente la Guerra Civil, por lo que muchos todavía no han cerrado del todo esas heridas y acaban llegando a las manos.

Invasión Secreta

Como comentamos, esa desconfianza y el miedo dan lugar a mucha acción, muchas peleas y muchas batallas entre superhéroes o entre superhéroes e impostores. Curiosamente, podría decirse que esta es la peor parte de todo lo que tiene Bendis que ofrecer. Una vez más, el guionista expande su idea a base de espectacularidad y diálogos superfluos que a veces llegan a ser innecesarios. Lo que el señor Bendis nos cuenta en ocho números nos lo podría haber contado tranquilamente en cuatro. A veces me recuerda a Dragon Ball Z, donde cada combate duraba alrededor de 432 episodios en los que básicamente no pasaba nada, para luego resolverse todo en 3. Aún así, este detalle tampoco supone un inconveniente demasiado grande, y sería comparable a sentarse un domingo por la tarde a ver una buena película de acción que no haga pensar demasiado.

Invasión Secreta

Si Bendis cumple perfectamente para contarnos esta historia digna de Quién es Quién, el dibujante Leinil Francis Yu no se queda atrás. Observad que hablamos de «cumplir», lo que quiere decir que en ningún momento están mal, pero tampoco podemos decir que su trabajo sea sobresaliente. Si hubiera que destacar algo positivo, quizás sería la expresividad de los personajes ante situaciones de duda y desconfianza, mientras que en lo negativo diríamos que tal cantidad de acción se le viene grande. La espectacularidad de algunas escenas de Bendis con enormes peleas entre multitud de personajes obliga a Leinil Yu a optar por la doble página, donde más o menos parece salir del paso, pero en la sucesión de viñetas es donde se pierde, haciendo que el lector se vaya de la mano con él por el camino de la confusión.

Afortunadamente, tampoco estamos hablando de una obra filosófica en la que haya que pararse a entender cada detalle, ni de una obra tan dependiente de los dibujos que un poco de desconcierto en algún punto nos lleve a la desesperación. La percepción general es de notable, un evento que ha sido bien orquestado no solo en su momento, sino desde mucho antes, y la buena preparación a lo largo del tiempo se hace notar en su desenlace. Aunque no siempre es de calidad suprema, todo lo que toca Bendis parece convertirlo en éxito de obligatoria lectura, y esta historia no es para menos, sobre todo si el lector en cuestión es fan de los grandes eventos llenos de acción y en los que están implicados gran cantidad de personajes.

Para finalizar, es necesario comentar que si esta publicación pertenece a la línea Marvel Deluxe de Panini Comics es por algo. De las más de 300 páginas que componen este tomo, una gran parte van destinadas a extras que incluyen portadas originales y alternativas, bocetos, entrevistas a los guionistas y dibujantes, y un artículo sobre el arco argumental que dio origen a todo, la Guerra Kree-Skrull. Lo dicho, un lujo.