Marvel Comics y el guionista Mark Waid se llevaron a casa en 2012 tres Premios Eisner por la serie regular de Daredevil, y parece que la editorial cree que es el momento oportuno de aprovechar ese filón y empujar a los nuevos fans del Hombre Sin Miedo a que lean más historias del personaje. Por ello, el dibujante Lee Weeks debutará como guionista de Daredevil escribiendo y dibujante los tres primeros números de Daredevil: Dark Nights, una serie que recopila varias historias y que debutará el próximo mes de junio, fuera de la continuidad de la serie de Waid. Con esto, Weeks regresa a este personaje después de haber dibujado en los años 90 el arco La Caída de Kingpin junto al guionista D. G. Chichester.
Según USA Today, la historia de Dark Nights se originó con Weeks viendo lo canoso de la forma de contar historias de hoy en día.
Y no solo en los cómics, sino también en la cultura. Me quedé atónito con algunas de las cosas que han hecho algunos personajes. Así que quería contar una historia sobre qué es ser un héroe. Parece como que a veces ha habido una historia de amor con la ambigüedad.
Weeks describe su arco argumental como uno muy desmontado.
Una enorme tormenta de nieve ha golpeado la ciudad de Nueva York, y Daredevil pierde su identidad, físicamente, brevemente gracias a una severa conmoción cerebral, pero descubre que él es la única esperanza para una pequeña niña que necesita desesperadamente un transplante de corzón después de que el donante desapareciese.
En algo al estilo Jack London, y con el radar comprometido, Daredevil debe moverse por una Manhattan helada e inmovilizada para encontrar la cajá del órgano perdida, y proporcionar su precioso contenido antes de que la cuenta atrás de la viabilidad del corazón llegue a cero.
Y en el proceso de recuperación, Daredevil pasa la mayoría de la historia reclamando su propia identidad, es decir, quién es y qué le hace ser así.
Es una historia sobre esperanza contra desesperanza y redención. No importa cómo de heroico o de grande pueda ser alguien, también hay un gran elemento de que nadie lo hace solo.