Mark Frost cuenta con muchos trabajos a sus espaldas, tanto de cine como de televisión. Muchos lo recordaréis por ser uno de los co-creadores de la mítica Twin Peaks, pero los marvelitas lo habréis crucificado por haber sido el guionista de dos películas de las que ninguno guardamos buen recuerdo, Los Cuatro Fantásticos y Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer.
Recientemente, Frost ha participado en una entrevista con Portable, y ha hablado sobre cómo fue trabajar en las películas de Tim Story, protagonizadas por Jessica Alba como Sue Storm / Mujer Invisible, Ioan Gruffudd como Reed Richards / Mr. Fantástico, Michael Chiklis como Ben Grimm / La Cosas y Chris Evans como Johnny Storm / Antorcha Humana.
– Trabajaste en las películas de Los Cuatro Fantásticos. ¿Cómo es trabajar con los personajes de otro y una historia pre-establecida, y añadir tu propia historia a eso?
La primera película fue muy divertida por que coleccionaba Fantastic Four de niño y tenía mucho afecto por ellos, así que sus historias eran algo con lo que estaba muy familiarizado. El estudio intentó desarrollar la cosa durante unos diez años y fracasó en intentos que iban por todo tipo de direcciones. Yo intenté llevarlos a sus conceptos originales, las ideas originales, el punto. De una forma era como trabajar con viejos amigos, eran personajes que conocía desde hacía 40 años. Era un poco diferente que trabajar con una adaptación que fuera nueva para mí, con personajes que no conocía.
La segunda película, en realidad nunca tuvo muchas oportunidades, el desarrollo fue del revés ya desde el momento en el que establecieron una fecha de estreno pero sin tener una película para salir ese día. La segunda película es un poco menos efectiva que la primera, pero era un poco diferente a una adaptación directa. Esos personajes había estado por ahí tanto tiempo que casi estaban en nuestro subconsciente colectivo de la cultura popular, así que no fue difícil.
– ¿Sentiste como que estabas añadiendo tu propia voz a una mitología moderna? El subconsciente colectivo me hizo pensar en Jung y Joseph Campbell.
Estás intentando hablar a esos personajes de la forma en la que ellos te hablan a ti, llevarlos como los arquetipos que se supone que eran originalmente.
– ¿Así que fue para llenar el hueco que dejaron, mientras consideraban las diferencias en la cultura?
Correcto. Creo que nuestra obsesión con las películas de superhéroes en los últimos 15 años habla por sí misma, ese interés en intentar formar una mitología para una cultura, particularmente una tan diversa y de movimiento rápido como la nuestra. Es muy difícil. Cuando llegó el siglo XXI, este conjunto de personajes de esos cómics, personajes que mucha gente se encontró por primera vez cuando eran niños, habían asumido de repente este lugar de primacía en nuestra forma de contar historias colectiva. De alguna forma es un poco alarmante, porque no son los personajes más maduros que te podrás encontrar, pero al mismo tiempo abordan cosas colectivamente que están por debajo de la superficie. Esos son problemas con los que mucha gente trata, cosas como la identidad, la ansiedad, ‘cuál es mi papel’ y ‘¿hay algo como la salvación?’. Todas esas cosas están en esos cómics, esos cómics.
– ¿Ayudaron los cómics y las historias de superhéroes a formular tus formas de contar historias?
Cuando era niño era un gran seguidor de Marvel, leí también unos cuantos cómics de DC, pero eran como la contrapartida Demócrata y Republicana de los cómics: no teníamos todas esas grandes etiquetas independientes que han surgido desde entonces. Marvel era como la presuntuosa, y DC lo había sido como un par de décadas antes. Yo me identifico fuertemente con la marca Marvel, y me identifico con todo su conjunto de personajes.