En una reciente entrevista para paracinema, la directora Lexi Alexander habla del desarrollo del estado de película de culto que está adquiriendo Punisher 2: Zona de Guerra, a pesar de lo dura que fue la crítica y la poca recaudación obtenida en taquilla (que no sirvió para recuperar el presupuesto ni sumándole su buena actuación en el mercado doméstico). Además, tambien habla de los problemas que sufrió mientras hacía la película.
El estado de culto tiene un sabor agridulce y asumo que todos los cineastas sienten lo mismo ante eso. Por un lado estás orgulloso por la confirmación de que tu película no es un fallo masivo universal, por otro lado te frustra que el departamento de márketing del estudio fuera incaaz de hacer llegar la película al público interesado. Después de que Patton Oswalt albergara una proyección de la película en su festival de cine Deeper into Darkness, un escritor que estaba entre el público publicó un artículo sobre la película como ejemplo perfecto del fallo de un estudio a la hora de comprender cómo llegar a públicos concretos. Mencionó que, basándose en las vueltas que daba la cola para comprar las entradas y el entusiasmo del público durante la proyección de Patton, quedó claro que los que tenían una opinión buena de la película la difundieron con el boca a boca en lo que podría decirse que fue un fenómeno de éxito. Lees cosas como esa y no puedes sentirte disgustado.
Desde esta película de Punisher, Lexi no ha vuelto a hacer nada, y muchos podrían pensar que se debe al batacazo en taquilla de la película. Sin embargo, la directora afirma que ha tenido muchas ofertas, pero que está intentando ser más cuidadosa con su próxima elección, con el fin de evitar errores pasados. Al parecer, ya no quiere hacer más películas que utilicen la violencia como reclamo.
Bueno, el hecho de que haya tenido solo un crédito después de Punisher es en su mayoría cosa mía. Tomé una decisión consciente de no volver a trabajar en una película que no me apasione realmente. La gente olvida que los directores no solo están ahí durante unas pocas semanas como hacen los actores. Tenemos que comer, respirar y vivir la película durante al menos un año. Pasas la mayoría del tiempo luchando por la película, protegiéndola, haciendo campaña por ella. Eso es extremadamente duro cuando es un proyecto que nunca has querido hacer desde un principio. Punisher tenía muchos fans de la industria y después salió en DVD y recibí docenas de guionies en los que morían 30 personas por machete en las primeras cinco páginas, y simplemente no quería más material de ese tipo. Por supuesto, el obstáculo al que me enfrento en Hollywood es que el tipo de película que quiero hacer (una historia de aventuras para jóvenes adultos) no es algo en lo que tenga experiencia. Además, es una meta muy complicada de alcanzar, pero francamente, así es la vida. Sé que hay muchos cineastas en ese género, hacen mucho dinero, dirigen películas una y otra vez, pero no son felices. Nunca son considerados para nada que sea fuera de su género e incluso si hacen una pequeña película independiente por su cuenta, las posibilidades de que sea aclamada por la crítica serán pocas basándose en sus trabajos anteriores. La lección es que, antes de establecerte en un género cinematográfico, mejor que te asegures de que tienes gran pasión por él. Por ejemplo, Eli Roth es genial en lo que hace y claramene le encanta. Sería triste para él si tuviera que dirigir películas del tipo El Discurso del Rey, ¿no?
En otra porción de la entrevista, Lexi habla de la libertad que tuvo con el guión, lo que nos da una nueva perspectiva d elos problemas a los que se tuvo que enfrentar mientras hacía la película.
No estoy segura de si tuve mucha libertad. No solo porque era un estudio cinematográfico, sino porque querían permanecer lo más fieles posible al material fuente. Todo el proceso de escritura no es algo que me guste recordar. Fue una experiencia horrible y francamente, creo que todo el punto acabó hasta las narices. Kurt Sutter escribió un borrador que nunca llegué a conseguir hasta mucho después de ser contratada, y en el medio del desarrollo, el productor ejecutivo echó la culpa a mis agentes, y mis agentes echaron la culpa al productor ejecutivo, quién sabe, claramente alguien no quiso hacerme llegar el último borrador. Trabajé con el guión de Nick Santora, que me gustaba. Por aquel entonces había leído el de Kurt, y estaba muy lejos de la idea que tenía en mi cabeza. Creo que a mucha gente le habría gustado su versión. Era una versión más recta, más seria. Obviamente, yo quería haceralgo surrealista y divertido. Cuando me contrataron, el estudio trajo a Marcum / Holloway para una reescritura. Esos chicos eran geniales, me encantó trabajar con ellos. Escribieron un borrador que no gustó al productor ejecutivo, así que tuvo que contratar a otro guionista. En ese punto yo ya tenía suficiente. Ofrecí darle una oportunidad gratis (significando eso que mi borrador de director le salvaría de pagar a otro guionista). No cambié el borrador que entregaron Marcum y Holloway. Simplemente tomé nota de las opiniones del Productor para que estuviera feliz y diese luz verde a la producción. Demasiada política, demasiado poco juicio. Toda esta idea de los estudios contratando a docenas de guionistas para un guión es muy poco productivo, en mi opinión, el que haya empezado esa tendencia es un idiota.